Hoy, octavo día después de Navidad, celebramos a la Santa Madre de Dios. Al igual que los pastores de Belén, permanecemos con la mirada fija en ella y en el Niño que tiene en sus brazos. Y de esta manera, mostrándonos a Jesús, el Salvador del mundo, ella, la madre, nos bendice. Hoy Nuestra Señora nos bendice a todos, a todos. Bendice el camino de cada hombre y cada mujer en este año que comienza, y que será bueno, precisamente en la medida en la que cada uno haya recibido la bondad de Dios que Jesús vino a traer al mundo.
papa francisco
ángelus, solemnidad de santa maría, madre de dios
1 de enero 1029

(Inspirada en una foto de una madre con un niño escondiéndose de los misiles en el subterráneo de Kyiv)
Lectura del libro de los Números 6, 22-27
Invocarán mi Nombre sobre los israelitas, y Yo los bendeciré
El Señor dijo a Moisés:
«Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán:
«Que el Señor te bendiga y te proteja.
Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia.
Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz.»
Que ellos invoquen mi Nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.»
Palabra del Señor
Salmo Responsorial 66, 2-3. 5-6. 8
R: El Señor tenga piedad y nos bendiga
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
haga brillar su rostro sobre nosotros,
para que en la tierra se reconozca su dominio,
y su victoria entre las naciones. R
Que todos los pueblos te den gracias,
que canten de alegría las naciones,
porque gobiernas a los pueblos con justicia
y guías a las naciones de la tierra. R
¡Que los pueblos te den gracias, Señor,
que todos los pueblos te den gracias!
Que Dios nos bendiga,
y lo teman todos los confines de la tierra. R
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia 4, 4-7
Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer
Hermanos:
Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos.
Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abba!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.
Palabra del Señor
Aleluya Heb 1, 1-2
Después de haber hablado a nuestros padres
por medio de los Profetas,
en este tiempo final,
Dios nos habló por medio de su Hijo.
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 2, 16-21
Encontraron a María, a José y al recién nacido. Ocho días después se le puso el nombre de Jesús
Los pastores fueron rápidamente adonde les había dicho el Ángel del Señor y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción.
Te invitamos a escuchar la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2023-01-01