Lecturas del Domingo XXXI del Tiempo Ordinario (Ciclo C)

El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se estaba perdido

Las lecturas de este domingo celebran una vez más el amor ilimitado de Dios por todos y cada uno de nosotros. No importa cuán lejos nos desviemos, Dios continúa buscándonos y dándonos la bienvenida.
La Primera Lectura nos recuerda que Dios ha creado todo en el amor. Nada existe o sobrevive sin el espíritu imperecedero de Dios. Es por la profundidad del amor de Dios que nuestras faltas y fracasos pueden ser perdonados, y podemos confiar en Dios para que nos aleje del mal. El Salmo es un maravilloso himno de alabanza al Dios que reconocemos como Rey de nuestros corazones. Los versículos hacen eco de la primera lectura al recordarnos cuán profundamente nos ama Dios. Dios nos levantará hacia la vida cuando hayamos caído.
En la Segunda Lectura, San Pablo insta a los tesalonicenses, y a nosotros mismos, a seguir centrándonos en hacer el bien que el Señor nos pide. Es a través de nuestras vidas que el nombre de Dios será glorificado.
La historia de Zaqueo que presenta el Evangelio, reitera que la salvación espera a cualquiera que se arrepienta de sus caminos pecaminosos. Así como Jesús insta a Zaqueo a bajar del árbol, así también nos llama a cada uno de nosotros. Todo lo que necesitamos hacer es buscar su presencia y, reconociendo nuestras faltas y fallas, darle la bienvenida en todos los aspectos de nuestras vidas.
Esta semana, mientras continuamos orando por el fin de las hostilidades en todo el mundo, le pedimos al Señor que nos ayude a escuchar y responder a su invitación y a darle la bienvenida, con alegría, en nuestras vidas.

La mirada de Jesús va más allá de los pecados y los prejuicios. ¡Y esto es importante! Debemos aprenderlo. La mirada de Jesús va más allá de los pecados y los prejuicios; mira a la persona con los ojos de Dios, que no se queda en el mal pasado, sino que vislumbra el bien futuro. Jesús no se resigna ante las cerrazones, sino que abre siempre, siempre abre nuevos espacios de vida; no se queda en las apariencias, sino que mira el corazón. Y aquí miró el corazón herido de este hombre: herido por el pecado de la codicia, de muchas cosas malas que había hecho este Zaqueo. Mira el corazón herido y va allí.

papa francisco
ángelus, 30 de octubre 2016

Lectura del libro de la Sabiduría 11, 22–2, 2
Te compadeces de todos, porque amas todo lo que existe

Señor, el mundo entero es delante de ti como un grano de polvo que apenas inclina la balanza, como una gota de rocío matinal que cae sobre la tierra. Tú te compadeces de todos, porque todo lo puedes, y apartas los ojos de los pecados de los hombres para que ellos se conviertan.
Tú amas todo lo que existe y no aborreces nada de lo que has hecho, porque si hubieras odiado algo, no lo habrías creado. ¿Cómo podría subsistir una cosa si tú no quisieras? ¿Cómo se conservaría si no la hubieras llamado?
Pero tú eres indulgente con todos, ya que todo es tuyo, Señor que amas la vida, porque tu espíritu incorruptible está en todas las cosas. Por eso reprendes poco a poco a los que caen, y los amonestas recordándoles sus pecados, para que se aparten del mal y crean en ti, Señor.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial– 144, 1-2. 8-11. 13c-14
R: Bendeciré al Señor siempre y en todo lugar

Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey,
y bendeciré tu Nombre eternamente;
día tras día te bendeciré,
y alabaré tu Nombre sin cesar. R

El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas. R

Que todas tus obras te den gracias,
Señor, y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder. R

El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados. R

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a lo cristianos de Tesalónica 1, 11–2, 2
El Nombre del Señor Jesús será glorificado en ustedes, y ustedes en Él

Hermanos:
Rogamos constantemente por ustedes a fin de que Dios los haga dignos de su llamado, y lleve a término en ustedes, con su poder, todo buen propósito y toda acción inspirada en la fe. Así el nombre del Señor Jesús será glorificado en ustedes, y ustedes en Él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Acerca de la Venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con Él, les rogamos, hermanos, que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado.

Palabra del Señor

Aleluya Jn 3, 16
Dios amó tanto al mundo
que entregó a su Hijo único;
todo el que en Él tiene Vida eterna.

✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 19, 1-10
El Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido

Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. El quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí.
Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un pecador». Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más».
Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

Como cada Domingo, te invitamos a escuchar la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2022-10-30

~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de esta semana

Primera Lectura: Sb 11, 22–2, 2

El pasaje que leemos y rezamos esta semana intenta, una vez más, recordar a los judíos que todo el mundo, incluyendo la naturaleza y las personas, eran creado por Dios, por lo que era intrínsecamente buenas.
Esta es una visión del mundo muy diferente de las creencias griegas de la época, donde muchos de los dioses adorados eran a menudo crueles o injustos.
Era un tiempo de una crisis de fe para muchos judíos, ya que estaban expuestos a diferentes sistemas filosóficos y a una mentalidad cosmopolita, escéptica e individualista.
Los versículos de hoy llegan al final de una sección donde el autor recuerda a su audiencia la forma en que Dios salvó a Israel, sacándolos de Egipto y castigando a los egipcios. Dios estuvo junto a su pueblo en todo momento. Se representa a Dios mirando a su creación desde una gran distancia con misericordia y amor. Es porque ama a su pueblo, que Dios es capaz de mostrar paciencia y perdonando al pecador.
Él sabe que podemos cambiar, ya que fue él quien nos creó. Él nos conoce íntimamente.
Lejos de la cosmovisión fatalista de la cultura griega, los judíos, que creen que son creados y amados por Dios, pueden tener esperanza y arrepentirse: ‘El mundo entero es como un grano de polvo que inclina la balanza’.

Evangelio: Lc 19, 1-10

La historia de Zaqueo se encuentra únicamente en el Evangelio de Lucas.

La ciudad de Jericó
La historia tiene lugar en Jericó, una ciudad concurrida a 30 km al este de Jerusalén que era utilizada como una estación de aduana para mercancías que ingresaban a la zona. Los viajeros que van a Jerusalén pasan por Jericó para evitar cruzar Samaria, un área conocida por ser insegura. Encontramos a Jesús en el camino junto a un árbol de sicómoro, un árbol de tronco corto y anchas ramas laterales, que es fácil de trepar.

Zaqueo, el recaudador de impuestos
Zaqueo es recaudador de impuestos para los romanos, un traidor a los ojos de los judíos. Los recaudadores de impuestos, los publicanos, eran conocidos por extorsionar más dinero que el requerido y se quedaban con la diferencia. Zaqueo es un hombre bajito, claramente acostumbrado a pensar en términos de números: ‘la mitad de mis posesiones’, ‘cuatro veces tanto como…’.

Cuándo tiene lugar la historia: ‘hoy’
Hay un sentido de urgencia en esta historia. Tendrá lugar hoy, no la próxima semana, sino en hoy. Jesús está a punto de entrar en Jerusalén y a su Pasión. Lucas usa la palabra “hoy” varias veces en su Evangelio en momentos importantes de la vida de Jesús: en particular, su nacimiento, su bautismo, en la sinagoga de Cafarnaúm, en la curación del paralítico, dos veces aquí, y finalmente en la cruz. Esto muestra cuán significativa es la palabra.

El tema de la historia
El tema de esta historia es el arrepentimiento: es decir, tomar conciencia de que nos hemos alejado de Dios y decididos a vivir de otra manera, en lugar de ser dóciles a la voluntad de Dios. Aquí Lucas, nos muestra que el arrepentimiento no se logra con el reproche, sino el saberse amado y aceptado sin condiciones previas. La experiencia de este amor produce un cambio de corazón y una nueva comprensión de sí mismo en Zaqueo.

Zaqueo, hijo de Abraham
Aunque judío de nacimiento –su nombre significa “el justo”–, Zaqueo y los publicanos como él eran considerados inmundos e impuros. Los rabinos de esa época ya no considerabana a tales personas como descendientes de Abraham, a menos que se arrepintieran e hicieran restitución. Tras el encuentro con Jesús, Zaqueo no sólo es descendiente de Abraham, sino que por su fe y sentido de justicia, él también puede volver a ser un Hijo espiritual de Abraham.

fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/

Escrito por

El lugar de encuentro de los Católicos latinos en Bangkok... de la mano de Cristo y bajo el amparo de María ... celebrando la fe en comunidad desde el 2002 ...

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