Lecturas del Domingo XXV del Tiempo Ordinario (Ciclo C)

‘¡Abre nuestro corazón, oh Señor,
para acoger las palabras de tu Hijo!’

Las lecturas de esta semana destacan que Dios es el Señor de los pobres, los necesitados y los oprimidos, además de ser el Dios de aquellos en posiciones de poder y autoridad. Las lecturas también dan testimonio de estos dos lados del testimonio de nuestra fe.
El profeta Amós da un mensaje poderoso, condenando ferozmente la injusticia social, y especialmente a aquellos que pisotean y explotan a los necesitados y empobrecidos. (Primera lectura)
Jesús tampoco es ambiguo cuando se trata del uso correcto del dinero. Con la mala fama que tiene, el dinero tiene un lugar en la vida de los creyentes. Sin embargo, debe usarse éticamente para el bien de todos. (Evangelio) San Pablo nos insta a una vida de oración. Debemos orar por todos, incluidos aquellos en posiciones de autoridad política, ya que tienen la responsabilidad de cuidar a los vulnerables de la sociedad y preservar la paz. Dios anhela una relación amorosa y veraz con todas las personas. (Segunda Lectura) El Salmo de hoy, un himno de alabanza, glorifica a Dios, en particular por el cuidado y la compasión que muestra por los pobres y humildes. Esta semana, oramos por quienes detentan el poder político e institucional en nuestras tierras, para que tengan el valor y la integridad de usar su poder e influencia para desarrollar el reino de Dios aquí en la tierra. También continuamos orando por la paz del mundo y por todos los que sufren, especialmente por nuestras muchas hermanas y hermanos que viven en la pobreza extrema y la impotencia.

En la parábola del Evangelio el patrón alaba al administrador deshonesto por su ‘astucia’. La costumbre del soborno es una costumbre mundana y fuertemente pecadora. Es una costumbre que no viene de Dios: ¡Dios nos ha pedido llevar el pan a casa con nuestro trabajo honesto! Y este hombre, administrador, lo llevaba pero ¿cómo? ¡Daba de comer a sus hijos pan sucio! Y sus hijos, quizá educados en colegios caros, quizá crecidos en ambientes cultos, habían recibido de su padre suciedad como comida, porque su padre, llevando pan sucio a casa, ¡había perdido la dignidad! ¡Y esto es un pecado grave! Porque se comienza quizá con un pequeño soborno, ¡pero es como la droga eh! La costumbre del soborno se convierte en dependencia.

papa francisco
homilía, casa santa marta
8 noviembre 2013

Lectura del libro del profeta Amós 8, 4-7
Contra los que compran a los débiles con dinero

Escuchen esto, ustedes, los que pisotean al indigente para hacer desaparecer a los pobres del país. Ustedes dicen: «¿Cuándo pasará el novilunio para que podamos vender el grano, y el sábado, para dar salida al trigo? Disminuiremos la medida, aumentaremos el precio, falsearemos las balanzas para defraudar; compraremos a los débiles con dinero y al indigente por un par de sandalias, y venderemos hasta los desechos del trigo.»
El Señor lo ha jurado por el orgullo de Jacob: Jamás olvidaré ninguna de sus acciones.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial – 112
R: ¡Alaben al Señor, que alza al pobre

Alaben, servidores del Señor,
alaben el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
desde ahora y para siempre R

El Señor está sobre todas las naciones,
su gloria se eleva sobre el cielo.
¿Quién es como el Señor, nuestro Dios,
que tiene su morada en las alturas,
y se inclina para contemplar el cielo y la tierra? R

El levanta del polvo al desvalido,
alza al pobre de su miseria,
para hacerlo sentar entre los nobles,
entre los nobles de su pueblo. R

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2, 1-8
Que se hagan oraciones por todos los hombres, porque Dios quiere que todos se salven

Querido hermano:
Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre él también, que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este es el testimonio que él dio a su debido tiempo, y del cual fui constituido heraldo y Apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe.
Digo la verdad, y no miento. Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones.

Palabra del Señor

Aleluya
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros,
a fin de enriquecernos con su pobreza.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 16, 1-13
No se puede servir a Dios y al dinero

Jesús decía a los discípulos:
«Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: “¿Que es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto.” El administrador pensó entonces: “¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!” Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: “¿Cuánto debes a mi señor?” “Veinte barriles de aceite”, le respondió. El administrador le dijo: “Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez.” Después preguntó a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?” “Cuatrocientos quintales de trigo”, le respondió.
El administrador le dijo: “Toma tu recibo y anota trescientos.” Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz. Pero yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.»

Te invitamos a escuchar la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, para este Domingo: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2022-09-18

Escrito por

El lugar de encuentro de los Católicos latinos en Bangkok... de la mano de Cristo y bajo el amparo de María ... celebrando la fe en comunidad desde el 2002 ...

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