¡Hola queridos amiguitos!
¿Cómo han estado? Esperamos que hayan tenido una feliz semana.
Muy a menudo tendemos a juntarnos con aquellos que conocemos: podemos decir que nos sentimos bien, cómodos con los que son de nuestro grupo, ¿verdad? A veces, eso nos lleva a ver a otros que «no son de nuestro grupo» con desconfianza. Eso nos puede pasar con amigos en el colegio, con otros niños en la parroquia, o con personas que cruzan nuestro camino.
Pero, como siempre, Jesús, a través del pasaje del Evangelio de este Domingo 26 del tiempo durante el año (ciclo B), nos dice que esto no es así y, que mientras hay personas que hacen cosas malas, todos – sin distinción de grupo, clase, color, o religión – podemos hacer el bien cuando nos abrimos a la acción del Espíritu en nuestro corazón.
Como siempre, antes de empezar la dinámica, pedimos al Espíritu Santo que derrame su luz sobre nosotros. Observamos con detenimiento el dibujo de Fano:
- ¿Qué es lo primero que nos llama la atención?
- ¿A quiénes vemos?
- ¿Qué cuelgan de las ramas del árbol?
- ¿Qué está haciendo Jesús?
- Teniendo en cuenta lo que dijimos al principio, ¿qué les dice la ilustración?
Ahora, respiramos hondo una, dos, tres veces, para aquietar el corazón antes de comenzar a leer el Evangelio… como lo hacemos cada Domingo, leemos muy despacito, dejando que cada palabra haga nido en nosotros.
Evangelio ~ Marcos 9, 38-43; 45; 47-48
Había un hombre intentando curar a otro, y decía que lo hacía en nombre de Jesús. Como no era del grupo de sus amigos, Juan le mandó callar. Pero Jesús le dijo a Juan: «No seas así, hombre. ¿No ves que todos podemos intentar hacer el bien? Y todo el que quiera puede sumarse a mi proyecto».
Y aprovechó para explicarles que también hay gente que, al contrario, elige hacer el mal. En realidad, todos tenemos esa batalla, entre hacer el bien y el mal. Así que Jesús les explicaba que hay que luchar por hacer el bien y pelear contra el mal. Les puso un ejemplo: «Si tu pie te va a llevar en una mala dirección, es mejor que te lo cortes». Le miraron asustados. Pensaban que lo decía al pie de la letra, pero Jesús se rio, y les explicó que lo que quería decir es que hay que poner los medios en la vida para hacer el bien.
Intentamos ponernos en la escena, imaginando que somos, quizá, uno de los amigos que acompaña a Jesús o el hombre que intentaba curar a otro.
- ¿Por qué Juan manda a callar al hombre que intentaba hacer el bien a otro?
- ¿Qué le dice Jesús a Juan? ¿Por qué?
- Jesús habla con sus amigos, ¿qué les dice?
- ¿Cómo se sintieron sus amigos después de la explicación de Jesús?
- ¿Cuál fue la reacción de Jesús?
- ¿Qué mensaje nos da este Evangelio?
… hay que poner los medios en la vida para hacer el bien
Jesús siempre nos sorprende con sus enseñanzas, ¿no es cierto? Y hoy nos dice que no tenemos que cerrarnos a la acción del Espíritu ni en nosotros ni en los otros. Cuando alguien trata de hacer el bien, no importa quién sea, de dónde venga, lo importante es ser instrumentos de paz, de bien, para ayudar a quien lo necesita, para llevar el gozo del Señor a todos… es de esa manera que nos convertimos en amigos de Jesús, a eso nos invita su amistad, a abrir el corazón de par en par al Espíritu Santo para que nuestra acciones sean dirigidas por Él y sean frutos de su Amor.
Resolvemos y coloreamos
San Agustín dijo que «quien canta, ora dos veces», es por ello que les compartimos la reflexión y el canto de RezandoVoy.org a través del siguiente enlace: https://rezandovoy.org/reproductor/infantil/2021-09-26
Te necesito (canción)
Te necesito como el agua que llega a los ríos.
Te necesito como el fuego que ahuyenta el frío.
Para sentirme vivo te necesito.
Te necesito.
Te necesito para soñar nuevos caminos.
Te necesito con tu corazón pegado al mío.
Para sembrarme contigo te necesito.
Te necesito otro mundo es posible contigo.
Te necesito en un poco de pan y vino.
Con tu mirada de niño, te necesito.
Y ahora, los invitamos a recordar todo lo vivido durante esta dinámica, todo aquello que sentimos, y lo ponemos en forma de oración a Jesús.
Dios nos da una mano para «elevarnos».
Camina junto a nosotros para ayudarnos, para explicarnos las cosas, para llevarnos de la mano.
El Señor es capaz de «hacer este milagro»,
es decir «cambiarnos», no de un día para otro, sino en el camino.
El camino de la conversión es alejarse del mal, aprender a hacer el bien,
levantarse e ir con el Señor y entonces todos nuestros pecados serán perdonados.
Papa Francisco
14 de marzo 2017
¡Que pasen una feliz y bendecida semana, chicos, caminando en la fe de la mano de Jesús y bajo el manto de amor de María!