¡Escuchen su voz!
A medida que continuamos viviendo estos momentos de pandemia, las palabras del salmista nos pueden consolar ya que nos alienta a escuchar la voz del Señor y no a quejarnos como lo hicieron los israelitas en Masá y Meribá en el desierto.
En la primera lectura, Moisés anuncia a un verdadero profeta que habla las palabras y los mandamientos de Dios.
En el Evangelio, encontramos a este verdadero profeta en la persona de Jesús, que enseña a la gente con autoridad, dejando una profunda impresión en su audiencia. Hasta los espíritus inmundos le obedecen.
En la segunda lectura, Pablo, creyendo que el fin del mundo está cerca, anima a los corintios en un intento por liberarlos de toda preocupación. Cualquiera que sea su estado civil, los insta a centrar toda su atención en el Señor, mostrando su devoción por él.
Esta semana quizás deseemos orar por todos aquellos que tienen dificultades para escuchar la voz de Dios, especialmente si Dios elige hablar a través de las personas que conocemos. Quizás también podamos concentrarnos en mantener toda nuestra atención en el Señor, confiando en que Él nos ayudará a evitar distracciones de lo único que importa: escucharlo.

El Evangelio es palabra de vida: no oprime a las personas, al contrario, libera a quienes son esclavos de muchos espíritus malignos de este mundo: el espíritu de la vanidad, el apego al dinero, el orgullo, la sensualidad… El Evangelio cambia el corazón, cambia la vida, transforma las inclinaciones al mal en propósitos de bien. El Evangelio es capaz de cambiar a las personas. Por lo tanto, es tarea de los cristianos difundir por doquier la fuerza redentora, convirtiéndose en misioneros y heraldos de la Palabra de Dios.
Papa Francisco
Ángelus, 1 de febrero 2015
Lectura del libro del Deuteronomio 18, 15-20
Suscitaré un profeta y pondré mis palabras en su boca
Moisés dijo al pueblo:
El Señor, tu Dios, te suscitará un profeta como yo; lo hará surgir de entre ustedes, de entre tus hermanos, y es a él a quien escucharán. Esto es precisamente lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: «No quiero seguir escuchando la voz del Señor, mi Dios, ni miraré más este gran fuego, porque de lo contrario moriré».
Entonces el Señor me dijo: «Lo que acaban de decir está muy bien. Por eso, suscitaré entre sus hermanos un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él dirá todo lo que yo le ordene. Al que no escuche mis palabras, las que este profeta pronuncie en mi Nombre, yo mismo le pediré cuenta. Y si un profeta se atreve a pronunciar en mi Nombre una palabra que yo no le he ordenado decir, o si habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá».
Palabra del Señor
Salmo Responsorial 94, 1-2. 6-9
R: Ojalá hoy escuchen la voz del Señor
¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor,
aclamemos a la Roca que nos salva!
¡Lleguemos hasta él dándole gracias,
aclamemos con música al Señor! R
¡Entren, inclinémonos para adorarlo!
¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó!
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros, el pueblo que él apacienta,
las ovejas conducidas por su mano. R
Ojalá hoy escuchen la voz del Señor:
«No endurezcan su corazón como en Meribá,
como en el día de Masá, en el desierto,
cuando sus padres me tentaron y provocaron,
aunque habían visto mis obras». R
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 7, 32-35
La virgen se preocupa de las cosas del Señor tratando de ser santa
Hermanos:
Yo quiero que ustedes vivan sin inquietudes.
El que no tiene mujer se preocupa de las cosas del Señor, buscando cómo agradar al Señor. En cambio, el que tiene mujer se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su mujer, y así su corazón está dividido.
También la mujer soltera, lo mismo que la virgen, se preocupa de las cosas del Señor, tratando de ser santa en el cuerpo y en el espíritu.
La mujer casada, en cambio, se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su marido. Les he dicho estas cosas para el bien de ustedes, no para ponerles un obstáculo, sino para que ustedes hagan lo que es más conveniente y se entreguen totalmente al Señor.
Palabra del Señor

Aleluya Mt 4, 16
El pueblo que se hallaba en tinieblas
vio una gran luz;
sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz.
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 21-28
Les enseñaba como quien tiene autoridad
Jesús entró en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios».
Pero Jesús lo increpó, diciendo: «Cállate y sal de este hombre». El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!».
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
Como cada semana, les compartimos la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, correspondiente a este Domingo: https://rezandovoy.org/reproductor/oracion/2021-01-31