Durante el tiempo de Navidad contemplamos la venida de Jesús a nuestro mundo y en la Solemnidad de la Epifanía, su manifestación a los gentiles en la persona de los Magos. En la fiesta del Bautismo del Señor, con la que concluye el tiempo de Navidad, se inaugura la vida pública del Salvador. Con ello, la liturgia da comienzo en esta semana a la primera parte del llamado Tiempo Ordinario o también denominado Tiempo durante el Año. Jesús, el Inocente, mezclado en la muchedumbre para recibir el Bautismo de manos de Juan, uno entre la multitud, uno como vos, y como yo. Jesús, lleno del Espíritu Santo comienza a recorrer los caminos liberando, llevando la justicia y la paz del Reino a todos, no eligiendo caminos fáciles o violentos, sino en, por y desde el amor; lección que hoy nosotros como sus seguidores estamos llamados a continuar. Hoy, san Juan Bautista da un testimonio humilde al reconocer a Jesús. Por el bautismo, somos la comunidad de los “hijos muy amados” que han recibido la misión, de ayudar a los hermanos a romper cadenas; anunciando -desde la cola de los pecadores- la liberación obrada en Cristo. Por el bautismo, tomamos conciencia de este envío por obra del Espíritu Santo que, en las palabras del Papa Francisco, «abre nuestros ojos del corazón a la verdad, a toda la verdad…[y] Empuja nuestras vidas en el camino de la caridad».
Todo esto nos invita a celebrar el hecho que por el bautismo hemos sido revestidos de Cristo recordando, en esta última semana del tiempo de Navidad, el regalo de la conversión, la salvación, y el amor incondicional del Padre Celestial hacia todos sus amados hijos en Jesús.
“Él [Espíritu Santo] abre nuestros ojos del corazón a la verdad, a toda la verdad”… “Empuja nuestras vidas en el camino de la caridad. Es el don que el Padre nos ha entregado a cada uno de nosotros en el día de nuestro bautismo. Él, el Espíritu, nos transmite la ternura del perdón divino. Y es también Él, el Espíritu Santo, que hace resonar la Palabra reveladora del Padre: «Tú eres mi Hijo amado».”
Papa Francisco,
Ángelus, Fiesta del Bautismo del Señor
7 de enero 2018
(*) En la primera lectura, de Isaías, escuchamos cómo la palabra de Dios dará fruto en nosotros. El que vemos ser bautizado en el Evangelio es la Palabra y, cumpliendo perfectamente la voluntad del Padre, se restaura toda la creación.
Lectura del libro de Isaías 42, 1-4. 6-7
Éste es mi servidor en quien se complace mi alma
Este es mi Servidor, a quien yo sostengo,
mi elegido, en quien se complace mi alma.
Yo he puesto mi espíritu sobre él
para que lleve el derecho a las naciones.
Él no gritará, no levantará la voz
ni la hará resonar por las calles.
No romperá la caña quebrada
ni apagará la mecha que arde débilmente.
Expondrá el derecho con fidelidad;
no desfallecerá ni se desalentará
hasta implantar el derecho en la tierra,
y las costas lejanas esperarán su Ley.
Yo, el Señor, te llamé en la justicia,
te sostuve de la mano, te formé
y te destiné a ser la alianza del pueblo,
la luz de las naciones,
para abrir los ojos de los ciegos,
para hacer salir de la prisión a los cautivos
y de la cárcel a los que habitan en las tinieblas.
Palabra del Señor
Salmo Responsorial 28, 1a. 2-3ac. 4. 3b. 9c-10
R: El Señor bendice a su pueblo con la paz
¡Aclamen al Señor, hijos de Dios!
¡Aclamen gloria del nombre del Señor
adórenlo al manifestarse su santidad!
El Señor bendice a su pueblo con la paz. R
¡La voz del Señor sobre las aguas!
el Señor está sobre las aguas torrenciales.
¡La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es majestuosa! R
El Dios de la gloria hace oír su trueno.
En su Templo, todos dicen: «¡Gloria!»
El Señor tiene su trono sobre las aguas celestiales,
el Señor se sienta en su trono de Rey eterno. R
(*) Los Hechos de los Apóstoles nos recuerdan que Dios no hace distinción de personas: él acepta a todo el que practica la justicia. Dios en Jesús ha manifestado su bondad y su ternura con los pecadores.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34-38
Dios lo ungió con el Espíritu Santo
Pedro, tomando la palabra, dijo:
«Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a Él.
Él envió su Palabra a los israelitas, anunciándoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.
Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan: cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. Él pasó haciendo el bien y curando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con Él.
Palabra del Señor
Aleluya Cf. Mc 9, 7
Los cielos se abrieron y se oyó la voz del Padre:
«Éste es mi Hijo muy querido»
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 7-11
Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección
Juan Bautista predicaba, diciendo:
«Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo».
En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección».
Les compartimos la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, para este Domingo: https://rezandovoy.org/reproductor/oracion/2021-01-10
(*) Estas moniciones fueron tomadas de: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/2021/01/01/the-baptism-of-the-lord-year-b-10th-january-2021/