Esperando al señor
Hoy comenzamos a transitar las cuatro semanas de Adviento (que significa ‘venida’) que anteceden al hecho más importante de la historia – el nacimiento de Jesús. Este tiempo fuerte del año se caracteriza por la actitud vigilante y confiada en el Señor que ya está a las puertas. Y en este primer domingo, Jesús nos exhorta en el Evangelio a no dormirnos en la búsqueda de la salvación que el trae.
La liturgia de este tiempo de Adviento nos invita a la conversión y al recogimiento, pero lo hacemos con alegría y sobre todo con mucha esperanza. El color litúrgico es el morado y se suprime el canto del Gloria que retomamos en la solemne Misa de nochebuena.
Asimismo, con el Adviento, comenzamos el nuevo año litúrgico, en este caso el que denominamos Ciclo B y, a lo largo del mismo, exploraremos el Evangelio según san Marcos.
Estar atentos y vigilantes son las premisas para no seguir «vagando fuera de los caminos del Señor», perdidos en nuestros pecados y nuestras infidelidades; estar atentos y alerta, son las condiciones para permitir a Dios irrumpir en nuestras vidas, para restituirle significado y valor con su presencia llena de bondad y de ternura. Que María Santísima, modelo de espera de Dios e icono de vigilancia, nos guíe hacia su Hijo Jesús, reavivando nuestro amor por Él.
Papa Francisco
Ángelus, 3 de diciembre 2017
(*) En la lectura de Isaías, los exiliados, recién regresados de Babilonia, suplican a Dios que regrese a ellos para ayudarlos a reconstruir su tierra. Aunque están cansados de la espera, saben que el Señor es Padre y Redentor fiel.
Lectura del libro de Isaías 63, 16b-17. 19b; 64-2-7
¡Se rasgaras el cielo y descendieras!
¡Tú, Señor, eres nuestro padre,
nuestro Redentor es tu Nombre desde siempre!
¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos
y endureces nuestros corazones para que dejen de temerte?
¡Vuelve, por amor a tus servidores
y a las tribus de tu herencia!
¡Si rasgaras el cielo y descendieras,
las montañas se disolverían delante de ti!
Cuando hiciste portentos inesperados,
que nadie había escuchado jamás,
ningún oído oyó, ningún ojo vio
a otro Dios, fuera de ti, que hiciera tales cosas
por los que esperan en Él.
Tú vas al encuentro de los que practican la justicia
y se acuerdan de tus caminos.
Tú estás irritado, y nosotros hemos pecado,
desde siempre fuimos rebeldes contra ti.
Nos hemos convertido en una cosa impura,
toda nuestra justicia es como un trapo sucio.
Nos hemos marchitado como el follaje
y nuestras culpas nos arrastran como el viento.
No hay nadie que invoque tu Nombre,
nadie que despierte para aferrarse a ti,
porque tú nos ocultaste tu rostro
y nos pusiste a merced de nuestras culpas.
Pero tú, Señor, eres nuestro padre,
nosotros somos la arcilla, y tu, nuestro alfarero:
¡todos somos la obra de tus manos!
Palabra del Señor
(*) El salmista también suplica a Dios, «el pastor de Israel», que venga una vez más para ayudar, proteger y mostrar su poder.
Salmo Responsorial 79, 2ac. 3b. 15-16. 18-19
R: Restáuranos, Señor del universo
Escucha, Pastor de Israel,
tú que tienes el trono sobre los querubines,
reafirma tu poder
y ven a salvarnos. R
Vuélvete, Señor de los ejércitos,
observa desde el cielo y mira:
ven a visitar tu vid, la cepa que plantó tu mano,
el retoño que tú hiciste vigoroso. R
Que tu mano sostenga al que está a tu derecha,
al hombre que tú fortaleciste,
y nunca nos apartaremos de ti:
devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre. R
(*) En las palabras iniciales de su carta a los Corintios, Pablo agradece a Dios por todas las gracias que han recibido. Confía en que el Señor los mantendrá fieles mientras esperan que Jesucristo sea plenamente revelado.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 1, 3-9
Esperemos la revelación de nuestro Señor Jesucristo
Hermanos:
Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
No dejo de dar gracias a Dios por ustedes, por la gracia que él les ha concedido en Cristo Jesús. En efecto, ustedes han sido colmados en él con toda clase de riquezas, las de la palabra y las del conocimiento, en la medida que el testimonio de Cristo se arraigó en ustedes. Por eso, mientras esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no les falta ningún don de la gracia. Él los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo. Porque Dios es fiel, y él los llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
Palabra del Señor
Aleluya Sal 84, 8
¡Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación!
(*) En el Evangelio, Jesús advierte claramente a sus discípulos que se mantengan despiertos, que estén en guardia, que sean como el portero … siempre alerta, porque no sabe cuándo volverá su maestro.
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 13, 33-37
Estén prevenidos, porque no saben cuando llegará el dueño de la casa
Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos. Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!
Les compartimos la reflexión de RezandoVoy, un proyecto de los Jesuitas de España, para este Primer Domingo de Adviento: https://rezandovoy.org/reproductor/oracion/2020-11-29
(*) fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/2020/11/20/first-sunday-of-advent-year-b-29th-november-2020/
Adviento…
- Quiere decir tener nostalgia del amor de Dios
- Quiere decir volverse impaciente porque nos falta Su amor.
- Quiere decir estar en silencio esperando a Dios que viene
- Es ponerse en camino.
- Es encontrar a Dios en nuestro camino y tomarle por compañero y marchar…
fuente: Ginel, Alvaro, Celebrar el Adviento y la Navidad. Madrid: Editorial CCS