Hoy se conoce como Domingo del Buen Pastor, porque el Evangelio siempre se toma de San Juan, donde Jesús habla de sí mismo como el «Buen Pastor». Un pastor dirige a su rebaño y Jesús es el pastor que dirige a sus seguidores. Las ovejas conocen su voz, confían en él y lo seguirán solo a él. De la misma manera, también mantenemos hoy como el Domingo de las Vocaciones, cuando la Iglesia reza por nuevos «buenos pastores» para dirigir a nuestras comunidades cristianas, especialmente en este momento tan difícil.
En la primera lectura, Pedro proclama a la multitud que Jesús es Señor y Cristo. Están invitados a tener fe en Cristo, y al arrepentirse y ser bautizados, serán perdonados. Pedro les recuerda que la promesa de Dios es para todos.
Este salmo familiar demuestra la esperanza y la confianza del salmista en el Señor, que es mi pastor, y que se preocupa por mí, brindándome orientación, consuelo y descanso.
En la segunda lectura, Pedro continúa alentando a las personas a seguir el ejemplo de Cristo y a confiar en Dios, particularmente cuando los tiempos son difíciles o injustos. Al morir en la Cruz, nos ha sanado y nos ha devuelto a Dios.
Jesús les dice a sus discípulos, y a nosotros, que él es la puerta del redil; es al seguirlo que podemos tener la plenitud de la vida. (Evangelio).
En mi oración de esta semana, es posible que quiera tomarme el tiempo para hablar con Jesús como mi pastor y reflexionar sobre lo que eso significa para mí. En este Domingo de Vocaciones, quizás también pueda considerar cómo estoy respondiendo a la forma en que Jesús me está llamando, y rezar para que otros también escuchen su invitación.
fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/2020/04/24/fourth-sunday-of-easter-year-a-3rd-may-2020/

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2, 14a. 36-41
Dios lo ha hecho Señor y Mesías
El día de Pentecostés, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo:
«Todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías».
Al oír estas cosas, todos se conmovieron profundamente, y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: «Hermanos, ¿qué debemos hacer?». Pedro les respondió: «Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar». Y con muchos otros argumentos les daba testimonio y los exhortaba a que se pusieran a salvo de esta generación perversa. Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar; y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil.
Palabra del Señor
Salmo Responsorial 22, 1-6
R: El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
Él me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas. R
Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza. R
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa. R
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo. R
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 2, 20b-25
Ustedes han vuelto a nuestro Pastor y Guardián
Queridos hermanos:
Si a pesar de hacer el bien, ustedes soportan el sufrimiento, esto sí es una gracia delante de Dios.
A esto han sido llamados, porque también Cristo padeció por ustedes, y les dejó un ejemplo a fin de que sigan sus huellas. Él no cometió pecado y nadie pudo encontrar una mentira en su boca. Cuando era insultado, no devolvía el insulto, y mientras padecía no profería amenazas; al contrario, confiaba su causa al que juzga rectamente. Él llevó sobre la cruz nuestros pecados, cargándolos en su cuerpo, a fin de que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Gracias a sus llagas, ustedes fueron curados. Porque antes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de ustedes.
Palabra del Señor
Aleluia Jn 10, 14
«Yo soy el buen Pastor:
Conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí», dice el Señor.
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según
Te invitamos a escuchar la reflexión de RezandoVoy, un proyecto de los Jesuitas de España: http://rezandovoy.org/reproductor/oracion/2020-05-03