«Yo las conozco y ellas me siguen»
En este “Domingo del Buen Pastor”, los versículos del Evangelio están tomados del capítulo décimo de San Juan. Aquí Jesús habla de sí mismo como el Buen Pastor, que trae vida, amor y protección a aquellos dentro de su rebaño.
En la Primera Lectura seguimos a Pablo y Bernabé a Antioquía, donde su mensaje es rechazado por los líderes judíos. Sin inmutarse, vuelven su predicación a los llamados paganos. Para alegría de los discípulos, estas personas escuchan y reciben con prontitud el mensaje de vida eterna ofrecido por el Señor, cumpliendo el encargo dado por el mismo Jesús.
El Salmo celebra el gozo, la alegría y la misericordia que esta vida eterna promete a aquellos que se deleitan en ser el pueblo del Señor, las ovejas de su rebaño.
La Segunda Lectura relata la visión del cielo de Juan. En medio de innumerables almas vestidas con las vestiduras más blancas, vemos a Jesús como el Cordero, de pie ante el trono de Dios. Escuchamos de los dones de protección contra el hambre, la sed y el dolor que reciben aquellos que están ante el trono de Dios. Jesús, el pastor mismo, habla en el Evangelio, recordándonos las bendiciones de cuidado y protección que se prometen a sus ovejas, tanto ahora como en la vida eterna, con Jesús y el Padre.
Esta semana, quizás podamos orar especialmente por aquellos que, por la razón que sea, pueden sentirse perdidos y sin la protección del pastor que una vez conocieron. También recordamos a aquellos que buscan un rebaño en el que hacer su hogar.
Seguimos orando por la paz en todo el mundo, y especialmente por la gente de Ucrania y Europa del Este.
Cristo es el verdadero pastor, que realiza el modelo más alto de amor por el rebaño: Él dispone libremente de su vida, nadie se la quita, sino que la dona a favor de las ovejas. En abierta oposición a los falsos pastores, Jesús se presenta como el verdadero y único pastor del pueblo: el mal pastor piensa en sí mismo y explota a las ovejas; el pastor bueno piensa en sus ovejas y se dona a sí mismo. A diferencia del mercenario, Cristo pastor es un guía pensativo que participa en la vida de su rebaño, no busca otro interés, no tiene otra ambición que la de guiar, alimentar y proteger a sus ovejas. Y todo esto al precio más alto, el del sacrificio de la propia vida.
papa francisco
regina coeli, IV Domingo de pascua 2014
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 13, 14. 43-52
Nos dirigimos ahora a los paganos
En aquellos días:
Pablo y Bernabé continuaron su viaje, y de Perge fueron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron.
Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé. Estos conversaban con ellos, exhortándolos a permanecer fieles a la gracia de Dios.
Casi toda la ciudad se reunió el sábado siguiente para escuchar la Palabra de Dios. Al ver esa multitud, los judíos se llenaron de envidia y con injurias contradecían las palabras de Pablo.
Entonces Pablo y Bernabé, con gran firmeza, dijeron:
«A ustedes debíamos anunciar en primer lugar la Palabra de Dios, pero ya que la rechazan y no se consideran dignos de la Vida eterna, nos dirigimos ahora a los paganos. Así nos ha ordenado el Señor:
«Yo te he establecido
para ser la luz de las naciones,
para llevar la salvación hasta los confines de la tierra.»
Al oír esto, los paganos, llenos de alegría, alabaron la Palabra de Dios, y todos los que estaban destinados a la Vida eterna abrazaron la fe. Así la Palabra del Señor se iba extendiendo por toda la región.
Pero los judíos instigaron a unas mujeres piadosas que pertenecían a la aristocracia y a los principales de la ciudad, provocando una persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de su territorio. Estos, sacudiendo el polvo de sus pies en señal de protesta contra ellos, se dirigieron a Iconio.
Los discípulos, por su parte, quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.
Palabra del Señor
Salmo Responsorial 99, 1b-3. 5
R: Somos su pueblo y ovejas de su rebaño
Aclame al Señor toda la tierra,
sirvan al Señor con alegría,
lleguen hasta él con cantos jubilosos. R
Reconozcan que el Señor es Dios:
Él nos hizo y a Él pertenecemos;
somos su pueblo y ovejas de su rebaño. R
¡Qué bueno es el Señor!
Su misericordia permanece para siempre,
y su fidelidad por todas las generaciones. R
Lectura del libro del Apocalipsis 7, 9. 14b-17
El Cordero será su pastor y los conducirá hacia los manantiales de agua viva
Yo, Juan, vi una enorme muchedumbre, imposible de contar, formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas; llevaban palmas en la mano.
Y uno de los ancianos me dijo: «Estos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios y le rinden culto día y noche en su Templo.
El que está sentado en el trono habitará con ellos: nunca más padecerán hambre ni sed, ni serán agobiados por el sol o el calor. Porque el Cordero que está en medio del trono será su Pastor y los conducirá hacia los manantiales de agua viva. Y Dios secará toda lágrima de sus ojos».
Palabra del Señor
Aleluya Jn 10, 14
«Yo soy el buen Pastor:
conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí»,
dice el Señor
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 10, 27-30
Yo doy Vida eterna a mis ovejas
Jesús dijo:
Mis ovejas escuchan mi voz,
Yo las conozco y ellas me siguen.
Yo les doy Vida eterna:
ellas no perecerán jamás
y nadie las arrebatará de mis manos.
Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos
y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre.
El Padre y Yo somos una sola cosa.
Te invitamos a escuchar la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, para este Domingo: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2022-05-08
~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de esta semana
Segunda Lectura ~ Ap 7, 9. 14-17
El pasaje de hoy nos muestra la visión de San Juan de la salvación de los seguidores del Cordero, es decir Cristo – representado sentado en un trono, como si estuviera en una corte imperial. Juan ve a todo el mundo, gente de diferentes lenguas, culturas y orígenes étnicos. Las ramas de palma nos recuerdan las alegres celebraciones en la fiesta judía de los Tabernáculos en acción de gracias por la cosecha (Levítico 23, 40–43).
Los comentaristas no están de acuerdo sobre la naturaleza de la ‘gran persecución’ en que incurre el pueblo. Algunos lo ven como la representación de los eventos que conducen al fin del mundo; otros piensan que se refiere a la situación socioeconómica y discriminación religiosa sufrida por aquellos que se negaron a vivir de acuerdo al sistema imperial romano.
Las túnicas son prendas importantes en la Biblia. No sólo reflejan la sociedad sino también revelan la persona interior. La impactante imagen del blanco, túnicas lavadas en sangre puede ser una referencia al lavado de los pecados, como en Isaías (1, 18): “Aunque sus pecados sean escarlata, serán emblanquecidos como nieve’. En un imaginativo cambio de roles, el Cordero se convierte en el Pastor ofreciendo a su rebaño total protección. Los ejemplos dados están tomados de nuestras preocupaciones cotidianas: hambre, sed, protección contra el calor del sol, y dolor. Aquí también Isaías nos da la referencia: “El Señor enjugará las lágrimas de cada mejilla” (Isaías 25, 8).
Evangelio ~ Juan 10, 27-30
A este Domingo, el cuarto del Tiempo de Pascua, se le llama Domingo del Buen Pastor, ya que en cada año del ciclo litúrgico el Evangelio se toma siempre de Juan 10, donde Jesús habla de sí mismo como el “buen pastor”.
El breve extracto de hoy está tomado del discurso final de Jesús a la gente de Jerusalén. Era la fiesta de la Dedicación (Hanukkah – ver más abajo) y Jesús caminaba en el Pórtico de Salomón, una pasarela techada, sostenida por filas de altas e impresionantes columnas. Estaba en el lado este del Templo, con vistas el Valle de Kidron y era un lugar favorito para la oración y la meditación. Éste era el lugar donde los rabinos instruían a sus alumnos mientras caminaban. El texto de hoy es parte de la respuesta de Jesús a los judíos que se habían reunido a su alrededor para preguntarle si en verdad era el Mesías.
‘Las ovejas que me pertenecen escuchan mi voz; Yo los conozco y ellas me siguen.’
Jesús responde usando la idea familiar en el Antiguo Testamento sobre el pastor: símbolo de un buen rey. Dado que los reyes y aquellos en puestos de autoridad a menudo fallaban en su deber hacia el pueblo, el énfasis de Juan está en la relación entre el pastor y sus ovejas. Inmediatamente después de la historia del ciego de nacimiento, algunos dicen que este capítulo puede estar fuera de lugar, pero un pensamiento adicional es que Juan registra estos eventos en este orden en particular para resaltar el dramático contraste entre los ‘ciegos’, los acosadores autoridades, y el protector amoroso, Jesús – el Buen Pastor.
‘Yo les doy vida eterna’
Jesús promete a sus seguidores una vida en la que estará siempre presente para ellos. Pase lo que pase, ellos estará seguros bajo su cuidado; nadie puede entrar en su relación y quitárselos; incluso, la muerte, no será el final.
‘El Padre y yo somos uno’
Jesús hizo estas promesas a sus discípulos, seguro en el conocimiento de su unidad con Dios, su Padre. Lo reitera en oración, poco antes de su muerte: Padre, a los que me has dado, mantenlos fieles a tu nombre, para que sean uno como nosotros (Juan 17, 11).
La fiesta de Hanukkah
Esta fiesta celebraba la reconsagración del Templo por Judas el Macabeo (164 a. C.) después de su profanación tres años antes por Antíoco IV Epífanes. Esta celebración anual duraba nueve días.
fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/
El sacerdote que sale poco de sí, que unge poco – no digo «nada» porque, gracias a Dios, la gente nos roba la unción – se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón presbiteral. El que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo poco a poco en intermediario, en gestor. Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor «ya tienen su paga», y puesto que no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón. De aquí proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes, sacerdotes tristes, y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores con «olor a oveja» –esto les pido: sean pastores con «olor a oveja», que eso se note–; en vez de ser pastores en medio al propio rebaño, y pescadores de hombres. Es verdad que la así llamada crisis de identidad sacerdotal nos amenaza a todos y se suma a una crisis de civilización; pero si sabemos barrenar su ola, podremos meternos mar adentro en nombre del Señor y echar las redes. Es bueno que la realidad misma nos lleve a ir allí donde lo que somos por gracia se muestra claramente como pura gracia, en ese mar del mundo actual donde sólo vale la unción – y no la función – y resultan fecundas las redes echadas únicamente en el nombre de Aquél de quien nos hemos fiado: Jesús.
Papa Francisco
Santa Misa Crismal
Jueves Santo, 28 de marzo 2013