¡Cristo, mi esperanza, ha resucitado!
Hemos llegado, finalmente, a la época de la alegría y la esperanza, tras una larga temporada de angustia y sufrimiento. Muchos han luchado con la oscuridad del año pasado. Muchos más han llorado en las tumbas, preguntando «¿dónde?», «¿Cómo?», «¿Por qué»? A todos se nos ha pedido que carguemos cruces. Algunos de ellos han sido casi insoportablemente pesados. Ahora, sin embargo, junto a su propia cruz, estamos con Jesús victoriosos y resucitados en gloria.
Podríamos estar llegando a esta nueva temporada con vacilación, como el discípulo más joven (Evangelio), quizás todavía dolidos por las cicatrices del año y sin atrevernos a tener esperanzas. O puede que nos encontremos, como Pedro, precipitándonos precipitadamente, ansiosos por ver y creer.
En los Hechos de los Apóstoles (primera lectura), escuchamos que los primeros testigos debían salir con esta buena noticia y anunciarla a todo el mundo. Somos los mensajeros del Evangelio hoy.
Y debemos dar testimonio viviendo vidas «sin levadura» (segunda lectura) llenas de verdad, sinceridad y humildad.
Como decía San Ignacio, «el amor se manifiesta más en hechos que en palabras». ¡No hemos visto eso el año pasado!
Así que regocijémonos y alegrémonos, y demos gracias al Señor (Salmo) hoy y siempre.
fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/2021/03/26/easter-sunday-year-b-4th-april-2021/
El sepulcro es el lugar donde quien entra no sale. Pero Jesús salió por nosotros, resucitó por nosotros, para llevar vida donde había muerte, para comenzar una nueva historia que había sido clausurada, tapándola con una piedra. Él, que quitó la roca de la entrada de la tumba, puede remover las piedras que sellan el corazón. Por eso, no cedamos a la resignación, no depositemos la esperanza bajo una piedra. Podemos y debemos esperar, porque Dios es fiel, no nos ha dejado solos, nos ha visitado y ha venido en cada situación: en el dolor, en la angustia y en la muerte. Su luz iluminó la oscuridad del sepulcro, y hoy quiere llegar a los rincones más oscuros de la vida. Hermana, hermano, aunque en el corazón hayas sepultado la esperanza, no te rindas: Dios es más grande. La oscuridad y la muerte no tienen la última palabra. Ánimo, con Dios nada está perdido.
Papa Francisco
Vigilia Pascual en la Noche Santa, 11 de abril 2020
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34a. 37-43
Comimos y bebimos con Él, después de su resurrección
Pedro tomando la palabra, dijo: “Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con Él.
Nosotros somos testigos de cuanto él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a los testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de que resucitó de entre los muertos.
Él nos mandó a predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime declarando que los que creen en Él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre’’.
Palabra del Señor
Salmo Responsorial – 117, 1-2. 16-17. 22-23
R: “Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en Él.”
¡Den gracias al Señor, porque eres bueno,
porque es eterno su amor!.
Que lo diga el pueblo de Israel:
¡es eterno su amor!. R
La mano del Señor es sublime,
la mano del Señor hace proezas.
No, no moriré,
viviré para publicar lo que hizo el Señor. R
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Esto ha sido hecho por el Señor,
y es admirable a nuestros ojos. R
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los cristianos de Colosas 3, 1-4
Busquen los bienes del cielo, donde está Cristo
Hermanos:
Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifestarán gloriosos, juntamente con él.
Palabra del Señor
Secuencia
(Debe decirse hoy; en los días de la octava es optativa)

Cristianos,
ofrezcamos al Cordero pascual
nuestro sacrificio de alabanza.
El Cordero ha redimido a las ovejas;
Cristo el inocente,
reconcilió a los pecadores con el Padre.
La muerte y la vida se enfrentaron
en un duelo admirable:
el Rey de la Vida estuvo muerto,
y ahora vive.
Dinos, María Magdalena,
¿qué viste en el camino?
He visto el sepulcro del Cristo viviente y la gloria del Señor resucitado.
He visto a los ángeles,
testigos del milagro,
he visto el sudario y las vestiduras.
Ha resucitado Cristo, mi esperanza, y precederá a los discípulos en Galilea.
Sabemos que Cristo resucitó realmente;
Tú, Rey victorioso,
ten piedad de nosotros.
Aleluia 1Cor 5, 7b-8a
Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Celebremos, entonces, nuestra Pascua.
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 20, 1-9
Él debía resucitar de entre los muertos
El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.
Te compartimos la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, para este Domingo de Resurrección: https://rezandovoy.org/reproductor/oracion/2021-04-04
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La Comunidad Católica Latina en Bangkok les desea una muy feliz y gozosa Pascua de Resurrección… que la luz de Cristo ilumine sus vidas y las de sus familiares… que el Resucitado nos conceda la gracias de ser testimonios de vida, de alegría y esperanza entre nuestros hermanos y de fructífero y fraternal compromiso en la construcción de su Reino de amor.
La Cruz de Cristo es el signo de la esperanza que no decepciona; y nos dice que ni siquiera una lágrima, ni siquiera un lamento se pierden en el diseño de salvación de Dios.
Papa Francisco
31/3/2021