Lecturas del Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario (A): Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo

Queridos amigos,

Hoy comenzamos la última semana del ciclo A con las lecturas de la liturgia que nos preparan para recibir al tiempo fuerte de Adviento que ya se avecina. Hoy, amigos, concluimos el año con la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, imagen que evoca majestuosidad y grandeza.  Pero nuestro Rey, es majestuoso y grande por la misma razón por la cual muchos pueden ver fracaso y dolor.  Nuestro Rey es el Crucificado, Aquél que nos enseñó, con y a través de la Cruz, el verdadero sentido de la vida. Alguien escribió que el “Reino de los Cielos es el Reino de la Caridad”; si,  es el Reino real, cotidiano, construido aquí y ahora; es el Reino del Amor hecho acción concreta como evoca el provocativo Evangelio de san Mateo que escuchamos este Domingo XXXIV: “Cuando me viste…  y lo hiciste por el más pequeño, lo hiciste por mí.” (Mt 25, 40).

En este año, con la pandemia de Covid-19, fuimos testigos de actos solidarios, de aquellos que, ante la enfermedad y el dolor, se jugaron, en muchos casos, hasta la propia vida. Desde los agentes sanitarios hasta las personas que hicieron posible que tuviéramos alimentos y lo esencial para vivir durante la cuarentena, supimos por las redes sociales, de innumerables ejemplos de entrega generosa, de compasión ante la aflicción de tantos hermanos que sufrieron – y tantos miles que hasta hoy continúan padeciendo. Un antiguo refrán dice que «hay de todo en la viña del Señor»: si, hay gente solidaria y gente egoísta; hay quienes dan lo mejor de sí, tratan de aliviar el dolor, consuelan en un momento angustiante…otros, simplemente, dan vuelta la cara.
Los primeros son aquellos que viven las palabras de Jesús, las mismas que son un eco de las de profeta Ezequiel. Son estas acciones concretas las que subvierten el orden racionalizado y cómodo del status quo, invitándonos a ver con los ojos de Jesús, desde el corazón, para actuar de la misma manera que Él lo hiciera. Esto, a su vez, nos interpela a restablecer así el orden natural convirtiendo cada acto, por más pequeño y ordinario que parezca, en un hecho extraordinario de esperanza y solidaridad reconociendo Su presencia sanadora y transformadora en cada uno: es así que podemos ver Su rostro es el rostro del hermano. Es aquí donde vemos y descubrimos al “Dios de las sorpresas” en las palabras del Papa Francisco.  

Este es del Dios de la Vida, el de la Resurrección, como nos recordara el apóstol Pablo.  Este es Jesús, Rey del Universo que hoy, con profundo gozo y alegría, celebramos.

Al final de nuestra vida seremos juzgados sobre el amor, es decir, sobre nuestro empeño concreto de amar y servir a Jesús en nuestros hermanos más pequeños y necesitados. Aquel mendigo, aquel necesitado que tiende la mano es Jesús; aquel enfermo al que debo visitar es Jesús; aquel preso es Jesús; aquel hambriento es Jesús. Pensemos en esto.

Papa Francisco
Ángelus, 26 de noviembre 2017

(*) Aunque es posible que nos hayamos sentido – y quizás todavía nos sintamos – «dispersos, durante la niebla y la oscuridad» de 2020, Dios mantiene al rebaño siempre a la vista y nos mostrará dónde descansar. Él no nos ha abandonado

Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11-12. 15-17
Yo juzgaré entre oveja y oveja

Así habla el Señor:
¡Aquí estoy yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él. Como el pastor se ocupa de su rebaño cuando está en medio de sus ovejas dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las libraré de todos los lugares donde se habían dispersado, en un día de nubes y tinieblas.
Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las llevaré a descansar –oráculo del Señor–.  Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y curaré a la enferma, pero exterminaré a la que está gorda y robusta. Yo las apacentaré con justicia.
En cuanto a ustedes, ovejas de mi rebaño, así habla el Señor: «Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y chivos».

Palabra del Señor

(*) El cuidado del único y verdadero pastor real significa que realmente no nos faltará nada.

Salmo Responsorial 22, 1-3. 5-6
R: El Señor es mi pastor, nada me puede faltar

El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. 
Él me hace descansar en verdes praderas.
Me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas;
Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. R

Tú preparas ante mí una mesa, 
frente a mis enemigos; 
unges con óleo mi cabeza 
y mi copa rebosa. R

Tu bondad y tu gracia me acompañan 
a lo largo de mi vida; 
y habitaré en la Casa del Señor, 
por muy largo tiempo. R

(*) Para que Dios «sea todo en todos», Cristo es, de hecho, rey de todo el universo.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 15, 20-26. 28
Entregará el Reino a Dios, el Padre, a fin de que Dios sea todo en todos

Hermanos:
Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos.  Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección.  
En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo,  cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos, luego, aquellos que estén unidos a él en el momento de su Venida.  
En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder. Porque es necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los enemigos debajo de sus pies.  El último enemigo que será vencido es la muerte.
Y cuando el universo entero le sea sometido, el mismo Hijo se someterá también a aquel que le sometió todas las cosas, a fin de que Dios sea todo en todos.

Palabra del Señor

Aleluya Mc 11, 9-10
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Bendito sea el Reino que ya viene,
el Reino de nuestro padre David!

(*) La llamada de este Rey Pastor se escucha en el Evangelio, invitándonos a compartir, tanto en su servicio a los demás, especialmente a los más pequeños, como en su propia vida.

✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 25, 31-46
Se sentará en su trono glorioso y separará a unos de otros

Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso.  Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a la izquierda.  
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: “«Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo,  porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;  desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”».
Los justos le responderán: “«Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?  ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?”».  
Y el Rey les responderá: “«Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”».  
Luego dirá a los de la izquierda: “«Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles,  porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber;  estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron”».  Éstos, a su vez, le preguntarán: “«Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?»”. 
Y él les responderá: “«Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo”».  
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna.

Les compartimos la reflexión de RezandoVoy, un proyecto de los Jesuitas de España, para este Domingo: https://rezandovoy.org/reproductor/oracion/2020-11-22

(*) los textos fueron tomados de: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/2020/11/13/our-lord-jesus-christ-king-of-the-universe-year-a-22nd-november-2020/

Antecedentes históricos de la solemnidad

La Solemnidad de Jesucristo, nuestro Rey Universal, se celebra este último domingo del año litúrgico desde hace casi un siglo. Señala el reinado de Cristo y el fin de los tiempos, cuando el reino de Jesús se establecerá en toda su plenitud hasta los confines de la tierra. Conduce directamente al Adviento, cuando anticipamos la segunda venida de Cristo. 
La devoción a la realeza de Cristo se abordó en la encíclica Quas Primas del Papa Pío XI (1925), que cita a Cirilo de Alejandría: ‘Cristo tiene dominio sobre todas las criaturas, un dominio no tomado por la violencia ni usurpado, sino por la esencia y por la naturaleza’ . El Papa recordaba así a los cristianos que su lealtad era hacia su gobernante espiritual en el cielo en lugar de cualquier líder terrenal (el Primer Ministro de Italia durante esta época era Benito Mussolini).

fuente: https://stbeunosoutreach.files.wordpress.com/2020/10/prego-plus-christ-the-king-year-a-2020.pdf

Escrito por

El lugar de encuentro de los Católicos latinos en Bangkok... de la mano de Cristo y bajo el amparo de María ... celebrando la fe en comunidad desde el 2002 ...

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