Hola amiguitos, ¿cómo han estado?
Muchos de nosotros sentimos miedo cuando hay tormentas, ¿verdad? Y en particular los truenos, hacen que nos agarremos fuertes de papá o mamá, o nuestro osito de peluche, pues nos dan una particular sensación de temor.
Bueno, así se sentían los discípulos en este pasaje del Evangelio de san Mateo que hoy leeremos. Si, amiguitos, estaban muy temerosos ante lo que sucedía a su alrededor. Imaginen por un momento, lo que debía haber sido para ellos en una pequeña barca, esta tormenta con fuertes vientos, truenos, y un oleaje que movía ferozmente su pobre embarcación. Sólo pensaban que no iban a sobrevivir este terrible momento.
De repente, ven que alguien viene hacia ellos, caminando sobre el agua. ¿Saben quién era, verdad? Si, era Él… era Jesús.
Los discípulos, sin embargo, estaban tan pero tan temerosos que gritaban y lloraban y hasta pensaban que era un fantasma. Pero Jesús les dijo: «Amigos, no tengan miedo, soy yo.»
Y así es amiguitos, Jesús está siempre con nosotros, tan cerca, en todo momento, aún cuando nos sentimos con miedo por las tormentas, por las situaciones difíciles que puedan suceder a nuestro alrededor. Y aunque a veces, como Pedro en el pasaje del Evangelio, también tengamos dudas, Jesús está ahí, para ayudarnos, para decirnos que no estamos solos, que no tengamos miedo.
Como les dijo a los temerosos discípulos en este pasaje, Jesús nos anima, nos da su fuerza, camina con nosotros, nos tiene de su mano. Ese sabernos tan amados y acompañados por Jesús hace que nuestra fe, nuestra confianza en Él se fortalezca, anide en nuestro corazón y se muestre en nuestra vida familiar, como así también con todos los hermanos que encontramos día a día.
La propuesta para esta semana es muy simple: ¿cómo demostramos nuestra fe en Jesús cuando sentimos miedo? ¿Y cuando alguien a nuestro alrededor siente temeroso?

Evangelio ~ Mt 14, 22-33
Los amigos de Jesús estaban una noche en la barca, en el lago. Jesús se había quedado en tierra rezando. De repente se levantó un fuerte viento y olas muy peligrosas, así que la barca iba sacudida por la tormenta. Estaban muertos de miedo, pensando que se iban a hundir.
Entonces vieron alguien que venía hacia ellos, caminando sobre el agua. No entendían nada y estaban aún más asustados. Entonces quien venía les dijo: «¡Ánimo! Soy yo. No tengan miedo». Se dieron cuenta de que era Jesús. Pedro, que aún no estaba muy seguro, le pidió: «Jesús, si eres tú, enséñame a ir hacia ti andando sobre el agua yo también». Jesús le dijo: «Ven». Y Pedro se bajó de la barca. Al principio no se hundía y estaba muy contento. Pero luego, viendo las olas tan enormes, le entró miedo y al instante se hundió. Menos mal que estaba Jesús allí para agarrarle y sacarlo del agua. Le ayudó a subir a la barca mientras le decía: «¿Por qué dudaste, hombre? ¿No tenías confianza en mí?» Cuando Pedro y Jesús ya estaban en la barca, se calmó el viento y cesó la tormenta. Los amigos de Jesús se acercaron a él con admiración, y le decían, sorprendidos: «De verdad eres el hijo de Dios».
Jesús, en ti confío
Jesús, en mis momentos de miedo
ayúdame a confiar,
sabiendo que tú siempre estás cerca de mí.
Jesús, enséname a mirar y verte
en cada gesto, en cada mirada,
en cada persona con la que me encuentro cada día.
fuente: RezandoVoy.org
Te compartimos la canción, !Ánimo! Soy yo para que puedas rezar cantándole a Jesús: https://rezandovoy.org/reproductor/infantil/2020-08-09
!Hasta la semana próxima amiguitos, de la mano de Jesús y bajo el manto de amor de nuestra Madre, la Santísima Virgen María!