Hola amiguitos:
Este Domingo, el número 15 del tiempo durante el año (ciclo A), las lecturas nos hablan de la naturaleza: del agua, los campos, la siembra. Quizá, para nosotros que vivimos en la ciudad, estas imágenes nos suenen muy lejanas. Pero para quien escuchaba a Jesús en aquel tiempo, estas eran palabras con las que se podían relacionar y así podían entender lo que el Maestro trataba de decirles.
El Evangelio nos habla de la Parábola del Sembrador. Cuando escuchamos la Palabra de Dios, esa Palabra es semilla que se planta en nosotros. Podemos decir que nuestro corazón es la tierra donde esa semillita crecerá. Y si nuestro corazón está abierto al Señor, es entonces buena tierra, donde esa semilla crecerá y dará muchos frutos de amor. Pero hay veces, como lo hemos dicho antes que, por miedo, o por el que dirán, nuestro corazón no se abre al Señor, entonces la «semilla» no crece y muere. Y eso no es lo que quiere Papá Dios. El quiere que sus hijos e hijas sean instrumentos de amor, de paz, y de hermandad. Es por eso que nuestro amigo Jesús nos invita esta semana a abrir el corazón de par en par a la Palabra de Dios, de recibirla con alegría y entusiasmo para convertirnos nosotros también en sembradores de amor.
La propuesta para esta semana es: ¿cómo nos convertimos en «sembradores» del Amor de Dios? ¿Con qué gestos lo demuestro dentro mi familia? ¿Entre mis amigos?
Pidamos a nuestro amigo Jesús que nos enseñe a abrir el corazón, a ser buena tierra donde la semilla crezca y se fortalezca para dar frutos de amor y alegría para compartir con todos.

Evangelio ~ san Mateo 13, 1-23
Jesús utilizaba muchas imágenes de la vida diaria para explicar cómo es Dios. Esas imágenes las llamaban parábolas. Un día había tanta gente queriendo oírle, que tuvo que subirse a una barca. Y desde allí les explicaba, a todos los que estaban en la orilla. Y como muchos eran hombres de campo, les contó la parábola del sembrador.
Les decía: «Salió un sembrador a sembrar. Iba tirando granos, pero unos pocos cayeron al borde del camino, y se los comieron los pájaros; otros granos cayeron en una zona de piedras, con muy poca tierra, y por eso echaron poca raíz y la planta se secó. Otros granos cayeron entre zarzas y las zarzas crecieron tanto que los granos no pudieron crecer. Pero algunos cayeron en tierra buena y dieron mucho fruto».
Como había gente que no terminaba de entender la parábola, Jesús se la explicó. Les decía que él es como el sembrador, pero en lugar de grano, lo que siembra es la palabra de Dios. Y las personas podemos ser como el borde del camino, donde hay malas ideas, que apagan la voz de Dios. O como la zona de piedras, que aunque nos gusta lo que dice Jesús, luego nos olvidamos pronto de ello. O como las zarzas, que son otras diversiones y riquezas que no dejan que crezca el evangelio. Pero también podemos ser como la tierra buena, que acoge la palabra de Jesús y da muchísimos frutos buenos.
Tierra buena (canción)
Salió a sembrar por los bancales con sus semillas,
que maravilla.
Todas iguales, todas iguales todas iguales, todas iguales.
Una cayó en el camino y la pisaron los vecinos.
Otra cayó entre las piedras y se aburrió mucho de ellas.
Otra cerca de un sendero y se hundió en un agujero.
Otra cayó en el río y tembló con tanto frío.
O se las llevó la brisa y se murieron de risa.
Otra voló con el viento y no fue nunca alimento.
Otra cayó en tierra buena, pero buena, buena, buena.
Y creció y se hizo muy grande.
Muy frondosa, muy coqueta y dió frutos
y dio flores de mil formas y colores,
y alimentó a todo el mundo y alegró los corazones.
fuente: http://RezandoVoy.org
Te invitamos a escuchar y cantar esta bonita canción publicada en RezandoVoy: https://rezandovoy.org/reproductor/infantil/2020-07-12
¡Nos despedimos hasta la semana próxima, amiguitos, tomados de la mano de Jesús y cubiertos con el manto de amor de nuestra Madre, la Santísima Virgen María!