Domingo de Pascua de Resurrección ~ Lecturas de la Misa del día (Ciclo ‘B’, 2024)

¡Cristo, nuestra esperanza, ha resucitado! ¡Aleluya!

Comenzamos este día en acción de gracias y alabanza. Cristo nuestra esperanza ha resucitado y queremos anunciarlo con nuestra vida y nuestra alegría.
Así vemos a Pedro en la Primera Lectura. Se dirige a Cornelio y su casa, contando la vida y la muerte de Jesús, y cómo, como testimonio de ello, a Pedro se le ha ordenado proclamar la resurrección de Cristo a su pueblo.
San Pablo, en su carta a los Corintios (Segunda Lectura), nos anima con el ejemplo práctico de deshacernos de la vieja levadura, para ser completamente renovados por Cristo, en sinceridad y verdad.
El Salmo es un alegre canto pascual que celebra el triunfo de Cristo, que repetiremos durante este tiempo Pascual.
En el Evangelio, después de que María de Magdala encuentra la piedra quitada del sepulcro, corre a contárselo a Pedro y a Juan. Al ver la tumba vacía y las telas desechadas, poco a poco se dan cuenta de que Jesús realmente ha resucitado.
Oremos para ser, nosotros también, testigos de la resurrección en nuestras vidas. (*)

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34a. 37-43
Comimos y bebimos con Él, después de su resurrección

Pedro tomando la palabra, dijo: “Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con Él.
Nosotros somos testigos de cuanto él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a los testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de que resucitó de entre los muertos.
Él nos mandó a predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime declarando que los que creen en Él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre’’.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial  – 117, 1-2. 16-17. 22-23
R:  “Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en Él.”

¡Den gracias al Señor, porque eres bueno,
porque es eterno su amor!.
Que lo diga el pueblo de Israel:
¡es eterno su amor!. R

La mano del Señor es sublime,
la mano del Señor hace proezas.
No, no moriré,
viviré para publicar lo que hizo el Señor. R

La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Esto ha sido hecho por el Señor,
y es admirable a nuestros ojos. R

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los cristianos de Colosas 3, 1-4
Busquen los bienes del cielo, donde está Cristo

Hermanos:
Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifestarán gloriosos, juntamente con él.

Palabra del Señor

(Debe decirse hoy; en los días de la octava es optativa)

Cristianos,
ofrezcamos al Cordero pascual
nuestro sacrificio de alabanza.
El Cordero ha redimido a las ovejas;
Cristo el inocente,
reconcilió a los pecadores con el Padre.

La muerte y la vida se enfrentaron
en un duelo admirable:
el Rey de la Vida estuvo muerto,
y ahora vive.

Dinos, María Magdalena,
¿qué viste en el camino?
He visto el sepulcro del Cristo viviente
y la gloria del Señor resucitado.

He visto a los ángeles,
testigos del milagro,
he visto el sudario y las vestiduras.
Ha resucitado Cristo, mi esperanza,
y precederá a los discípulos en Galilea.

Sabemos que Cristo resucitó realmente;
Tú, Rey victorioso,
ten piedad de nosotros.


Aleluia 1Cor 5, 7b-8a

Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Celebremos, entonces, nuestra Pascua.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 20, 1-9
Él debía resucitar de entre los muertos

Gloria a Tí, Señor

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada.  Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».  
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro.  Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes.  Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró.  Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo  y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él vio y creyó.  Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor

Gloria a Tí, Señor Jesús

Nos unimos en jubilosa oración meditando la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, para este Domingo de Resurrección: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2024-03-31

~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de esta semana

Segunda Lectura ~ 1 Cor 5, 6-8

La historia de fondo de este pasaje viene al comienzo de este mismo capítulo. Los versículos anteriores relatan noticias de una incestuosa relación entre un hombre y su madrastra, aunque el resto de los miembros de la comunidad no parecen refutar un acto tan perverso. De hecho, Corinto, un rico centro de astilleros, cuya población cosmopolita procedía de todas partes del imperio romano, tenía fama de libertinaje. Incluso en un mundo muy tolerante con el exceso sexual, «vivir como un corintio» era una eufemismo para vivir una vida disoluta.
La costumbre judía en aquella época era destruir toda levadura o lo levado (Éxodo 12, 15-18) para la fiesta pascual, ya que solo se preparaban alimentos que no la incluyeran.
Pablo entonces equipara la levadura vieja con los pecados del hombre incestuoso. Incluso una pequeña cantidad de levadura puede afectar a todo un lote de pan, o en este caso a toda una comunidad, como había sucedido en Corinto. Es por ello que debe ser descartada. Pablo insta al arrepentimiento, es decir, a alejarse de los malos caminos y volverse hacia Dios. Arrepentirse es rechazar el comportamiento pasado; a experimentar un cambio de corazón y de mente.
El pan sin levadura, hecho con masa nueva, pasa entonces a representar al cristiano virtuoso, sincero y veraz.
Pablo usa aquí la imagen de la levadura como ejemplo de la corrupción, de la influencia del mal, aunque en los Evangelios la levadura se utiliza como símbolo de dinamismo y un factor que contribuye a la llegada del Reino (por ejemplo, Lucas 13, 20-22)

Evangelio ~ Jn 20, 1-9

Ningún evangelista describe la resurrección real, sin embargo, está en el centro de nuestra fe cristiana. Hay ligeras diferencias entre los relatos de los diferentes escritores de los evangelios, pero Juan da la descripción más completa de los acontecimientos relacionados con la resurrección; demuestra un buen ojo para los detalles.

Era muy temprano en la mañana y todavía estaba oscuro
La hora del día es significativa. A lo largo del evangelio de Juan encontramos este contraste entre la luz y oscuridad. La tristeza hace eco de lo que siente María ante la muerte de su amigo Jesús. Eso también podría reflejar su falta de comprensión de los acontecimientos que han sucedido.

‘Se han llevado al Señor’
María supone que el cuerpo ha sido robado. El robo de tumbas era un delito común en la época; de hecho, Roma había emitido un edicto imperial en su contra. Encontrar una tumba vacía fue una factor importante para probar la resurrección de Jesús a los judíos escépticos que fácilmente descartaban los relatos de apariciones a los discípulos como histeria colectiva.

‘No lo sabemos…’
Aunque aquí solo se menciona a María Magdalena por su nombre, ella no estaba sola en la tumba. Los otros evangelistas mencionan a varias mujeres por su nombre: María, la madre de Santiago, Salomé, Juana. María es una testigo clave en la muerte y resurrección de Jesús. Juan, siempre respetuoso con mujeres, como por ejemplo su relato de la mujer samaritana junto al pozo o Marta, la hermana de Lázaro—le da un papel destacado. El testimonio de una mujer fácilmente podría haber sido obviado. Sin embargo, se necesitaba el testimonio de dos hombres en un tribunal de justicia judío para verificar un evento.

Pedro y el discípulo “amado”
La tradición alguna vez sostuvo que el anónimo «Discípulo Amado» del Evangelio de san Juan era Juan, hijo de Zebedeo. Sin embargo, la mayoría de los estudiosos ahora están de acuerdo en que este individuo era, de hecho, más que una persona histórica en la vida de Jesús. En cambio, el Discípulo Amado puede ser visto como un símbolo del papel que cada discípulo fiel, incluídos nosotros mismos, puede desempeñar en la vida de la Iglesia. Aquí este discípulo reacciona ligeramente diferente al impulsivo Pedro, quien va directamente al sepulcro: es el Discípulo Amado quien realmente llega primero, y quien primero cree en la resurrección de Jesús.

Pedro se inclinó hacia el sepulcro
A pesar de la forma en que los artistas han representado la tumba vacía a lo largo de los siglos, la investigación arqueológica muestra que, en esta época, esto se refería a una entrada de 3 pies de altura conducía a tumbas tipo cueva..

Los lienzos
Juan da un relato muy específico de la posición y el estado de los lienzos. Las ropas, cuidadosamente dobladas, atestiguan el hecho de que el cuerpo no ha sido robado ni secuestrado. (*)

(*) fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/

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La Comunidad Católica Latina en Bangkok les desea una muy feliz y gozosa Pascua de Resurrección… que la luz de Cristo, que emana de la tumba vacía, ilumine sus vidas y las de todos nuestros hermanos, especialmente de aquellos que están pasando situaciones de guerra y violencia… que el Resucitado nos conceda la gracia de ser testimonios de vida, de alegría y esperanza y de fructífero y fraternal compromiso en la construcción de su Reino. ¡Con júbilo en el corazón, salgamos, vayamos a Galilea a donde Señor nos aguarda para que recordemos que Él venció a la muerte para liberarnos de las ataduras del pecado, que nos ha regalado nueva vida en su entrega en la Cruz, y que su Amor inconmensurable nos interpela y nos llama a ser sus testigos en el mundo proclamando la Buena Noticia: Cristo, nuestra esperanza, ha resucitado!


La fuerza de la Pascua nos invita a quitar las lápidas de la desilusión y la desconfianza. El Señor, experto en remover las piedras sepulcrales del pecado y del miedo, quiere iluminar tu memoria santa, tu recuerdo más hermoso, hacer actual ese primer encuentro con Él. Recuerda y camina; regresa a Él, recupera la gracia de la resurrección de Dios en ti.
Vuelve a Galilea, vuelve a tu Galilea.


Papa Francisco
Vigilia Pascual, 8 de abril 2023

Escrito por

El lugar de encuentro de los Católicos latinos en Bangkok... de la mano de Cristo y bajo el amparo de María ... celebrando la fe en comunidad desde el 2002 ...

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