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Lecturas del Domingo de Pentecostés (S) (Ciclo ‘C’, 2025)

«Recibirá de lo mío 
y se lo anunciará a ustedes»

Después de su resurrección y ascensión, la iglesia primitiva recordó y escribió sobre la promesa de Jesús de estar siempre con ellos en el poder del Espíritu Santo (Evangelio). Esta semana celebramos el cumplimiento de esa promesa, tanto para los discípulos como para nosotros.
La Primera Lectura narra la primera venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, como un viento y un fuego impetuosos, que los llenó de nuevo valor y les dio nuevas voces para proclamar las maravillas de Dios a todos en Jerusalén.
San Pablo llevó el mismo mensaje sobre Jesús al mundo romano, enseñando que el don del Espíritu Santo nos hace hijos de Dios y nos permite vivir como Dios quiere (Segunda Lectura).
El Salmo es un canto de alabanza a Dios, cuyo Espíritu Santo vivifica, crea nuestro ser más íntimo y renueva toda la tierra con el poder de Dios, que obra a través de cada uno de los que creemos en él.
Esta semana, y como Peregrinos de Esperanza en este Año Jubilar, pidamos al Señor que nos anime y ayude a confiar en que, cualesquiera que sean las circunstancias externas de nuestras vida y de nuestras comunidades, Él está siempre con nosotros y con su Iglesia. (*)

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo
un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse.
Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.
Con gran admiración y estupor decían:
«¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.»

Palabra de Dios

Salmo Responsorial 103, 1ab. 24ac. 29b-31. 34
R: Señor, envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra

Bendice al Señor, alma mía:
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
¡Qué variadas son tus obras, Señor!
¡La tierra está llena de tus criaturas! R

Si les quitas el aliento,
expiran y vuelven al polvo.
Si envías tu aliento, son creados,
y renuevas la superficie de la tierra. R

¡Gloria al Señor para siempre,
alégrese el Señor por sus obras!
Que mi canto le sea agradable,
y yo me alegraré en el Señor. R

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 12, 3b-7. 12-13
Todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo

Hermanos:
Nadie puede decir: «Jesús es el Señor», si no está impulsado por el Espíritu Santo.
Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común.
Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo – judíos y griegos, esclavos y hombres libres – y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.

Palabra del Señor

Secuencia de Pentecostés
https://comunidadcatolicabkk.org/2020/05/30/la-venida-del-espiritu-santo-domingo-de-pentecostes-a/

Aleluya
¡Ven, Espíritu Santo, llena los corazones
de tus fieles y enciende en ellos
el fuego de tu amor!

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 15, 26-27; 12-15
El Espíritu de la Verdad les hará conocer toda la verdad

Gloria a Ti, Señor

Durante la Última Cena, Jesús les dijo a sus discípulos:
Cuando venga el Paráclito 
que yo les enviaré desde el Padre, 
el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, 
él dará testimonio de mí. 
Y ustedes también dan testimonio, 
porque están conmigo desde el principio.
Todavía tengo muchas cosas que decirles, 
pero ustedes no las pueden comprender ahora. 
Cuando venga el Espíritu de la Verdad,
él los introducirá en toda la verdad, 
porque no hablará por sí mismo, 
sino que dirá lo que ha oído 
y les anunciará lo que irá sucediendo. 
Él me glorificará, 
porque recibirá de lo mío 
y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío. 
Por eso les digo: 
«Recibirá de lo mío 
y se lo anunciará a ustedes».

Palabra del Señor

Gloria a Tí, Señor Jesús

En este glorioso Domingo de Pentecostés y, como Peregrinos de Esperanza, nos unimos en oración y juntos meditamos la reflexión preparada por nuestros amigos de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España: https://rezandovoy.org/reproductor/2025-06-08

~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de esta semana

Salmo 103 (104)

Esta semana leemos algunos versos de un largo salmo de alabanza a Dios, el Creador. Se la suele llamar «la perla del salterio» y está escrita en un estilo de himno. Los académicos han notado, a menudo, paralelos con un texto egipcio a Akhenaton, el Rey Sol (1350 aC). Sin embargo, la comprensión de la creación mostrada en todo el salmo, así como las referencias al espíritu de Dios que da vida, son claramente un eco del libro de Génesis (cap. 1-2).
En el extracto corto de hoy, la línea ‘La Tierra está llena de sus riquezas’ resume el resto del Salmo, y el texto, en su conjunto, es un buen recordatorio de nuestro deber de cuidar, proteger y sostener la creación de Dios.
La referencia a la respiración o Espíritu de Dios lo convierte en el salmo elegido para los cristianos el Domingo de Pentecostés, aunque la noción del espíritu de Dios aquí es muy diferente del Espíritu Santo Pentecostal.
Sin embargo, el Salmo enfatiza que toda la creación de Dios depende de su presencia y aliento: ‘Tú quitas tu espíritu, y mueren … Envías tu espíritu, y son creadas’. Es interesante que el texto hebreo use el tiempo imperfecto para este verso, lo que implica que la acción mencionada, a pesar de haber sucedido en el pasado, continúa hasta ahora. La creación de Dios no está completa, sigue desplegándose y, es por ello que, estamos llamados a participar en su actividad creativa.

El género del Espíritu
La palabra para el ‘espíritu’ en hebreo (ruach) es femenino, mientras que la palabra griega del Nuevo Testamento (pneuma) es neutro y el ‘Paráclito’ del Evangelio de san Juan (parakletos: defensor o abogado) es masculino. Las traducciones bíblicas tienden a referirse al Espíritu Santo como «Él», aunque algunos lectores prefieren imaginar el espíritu como mujer.

Evangelio ~ Jn 15, 26-27; 16, 12-15

Pentecostés
La palabra Pentecostés proviene de la palabra griega por quincuagésima. En su contexto original se refiere al Festival Judío de Semanas (Shavout), celebrado en el quincuagésimo día después de la Pascua, una fiesta importante que marca la cosecha de grano, cuando los judíos de todo el mundo llegaban a Jerusalén a celebrar. Este es el fondo de la escena descrita por san Lucas en la primera lectura de hoy (Hechos 2, 1-11), cuando el Espíritu Santo desciende sobre los apóstoles el día de Pentecostés. Como cristianos, ahora celebramos Pentecostés cincuenta días después de la resurrección: la culminación del tiempo Pascual.
El pasaje del evangelio consiste en dos extractos de los discursos de despedida de Jesús (Juan 14-17), donde Jesús anuncia la venida del Espíritu Santo.

El Paráclito
San Juan es el único evangelista que usar la palabra Paráclito para referirse al Espíritu Santo (ver también Juan 14, 16, 26). En el Evangelio de hoy, esto se traduce como Defensor, aunque las palabras Consolador, Intercesor, Maestro también se utilizan. El término Defensor pertenece al sistema legal romano y alude a quien, en un juicio, argumenta un caso.

Un espíritu de verdad
Juan también describe al Espíritu Santo como el «Espíritu de Verdad» (ver también Juan 14, 17; 15, 26, y 1 Juan 4, 6). Este término también se encuentra en varios otros documentos del período, y puede haber sido una expresión judía de la época.
La función del Espíritu es «llevarlos a la verdad completa» (16, 13). Como en otros lugares del Evangelio de Juan, la «verdad» es la creencia en Jesucristo como quien habla las palabras de Dios. La venida del Espíritu no depende simplemente de nuestro poder de entender.

‘Él será mi testigo y tú también serás mi testigo’
El Espíritu Santo le dará a los testigos las palabras que necesitan (ver también Marcos 13, 11 y Lucas 12, 11-12): ‘No te preocupes por cómo defenderte o qué tienes que decir, ya que el Espíritu Santo te enseñará, en ese momento, lo que debes decir’.

Él te lo dirá’
La palabra griega para ‘tu’ es plural, por lo que Jesús no está abordando a un individuo, sino a todos sus seguidores, incluidos nosotros. Lo que el espíritu nos «dirá» (tengamos en cuenta que este verbo se usa tres veces en estos pocos versos) no será nada nuevo, ya que el Espíritu no estará hablando ‘como de sí mismo’, sino que glorificará a Jesús y nos dirá lo que El padre ha dado a su Hijo. (*)

fuente: (*) https://stbeunosoutreach.wordpress.com/

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