Lecturas de la Natividad del Señor

En este día, iluminado por la esperanza evangélica que proviene de la humilde gruta de Belén, pido para todos ustedes el don navideño de la alegría y de la paz: para los niños y los ancianos, para los jóvenes y las familias, para los pobres y marginados. Que Jesús, que vino a este mundo por nosotros, consuele a los que pasan por la prueba de la enfermedad y el sufrimiento y sostenga a los que se dedican al servicio de los hermanos más necesitados. ¡Feliz Navidad a todos!

Papa Francisco
«Urbi et Orbi», 25 de diciembre 2013

Misa Vespertina de la Vigilia
Is 62, 1-5
Sal 88. 4-5. 16-17. 27. 29
Hech 13, 16-17. 22-25
Mt 1, 1-25

Misa de la Aurora
Is 9, 1-6
Sal 96, 1. 6. 11-12
Ti 3, 4-7
Lc 2, 15-20

Misa del Día

Lectura del libro de Isaías 52, 7-10
Los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios

¡Qué hermosos son sobre las montañas
los pasos del que trae la buena noticia,
del que proclama la paz,
del que anuncia la felicidad,
del que proclama la salvación
y dice a Sión: “¡Tu Dios reina!”.
¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz,
gritan todos juntos de alegría,
porque ellos ven con sus propios ojos
el regreso del Señor a Sión.
¡Prorrumpan en gritos de alegría,
ruinas de Jerusalén,
porque el Señor consuela a su Pueblo,
él redime a Jerusalén!
El Señor desnuda su santo brazo
a la vista de todas las naciones,
y todos los confines de la tierra
verán la salvación de nuestro Dios.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial 97, 1-6
R: Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios

Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria. R

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel. R

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos. R

Canten al Señor con el arpa
y al son de instrumentos musicales;
con clarines y sonidos de trompeta
aclamen al Señor, que es Rey. R

Lectura de la carta a los Hebreos 1, 1-6
Dios nos habló por medio de su Hijo

Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo el mundo.
Él es el resplandor de su gloria
y la impronta de su ser.
Él sostiene el universo con su Palabra poderosa,
y después de realizar la purificación de los pecados,
se sentó a la derecha del trono de Dios en lo más alto del cielo.
Así llegó a ser tan superior a los ángeles,
cuanto incomparablemente mayor que el de ellos
es el Nombre que recibió en herencia.
¿Acaso dijo Dios alguna vez a un ángel:
«Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy?»
¿Y de qué ángel dijo:
«Yo seré un padre para él
y él será para mí un hijo?»
Y al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios dice:
«Que todos los ángeles de Dios lo adoren.»

Palabra del Señor

Aleluya
Nos ha amanecido un dia sagrado:
vengan, naciones, adoren al Señor,
porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra.

✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 1-18
La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros

Al principio existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra
y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la recibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios,
que se llamaba Juan.
Vino como testigo,
para dar testimonio de la luz,
para que todos creyeran por medio de él.
Él no era la luz,
sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera
que, al venir a este mundo,
ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo,
y el mundo fue hecho por medio de ella,
y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos,
y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron,
a los que creen en su Nombre,
les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre,
ni por obra de la carne,
ni de la voluntad del hombre,
sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros.
Y nosotros hemos visto su gloria,
la gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar:
«Este es aquel del que yo dije:
El que viene después de mí
me ha precedido,
porque existía antes que yo».
De su plenitud, todos nosotros hemos participado
y hemos recibido gracia sobre gracia:
porque la Ley fue dada por medio de Moisés,
pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios;
el que lo ha revelado es el Hijo único,
que es Dios y está en el seno del Padre.

Te compartimos la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, para este día de la Natividad del Señor: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2021-12-25

«¡Gloria a Dios en el Cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor!»

Feliz Navidad

De parte de quienes formamos parte de la Comunidad Católica Latina en Bangkok les deseamos a todos una muy feliz y bendecida Navidad para ustedes y sus familia y que el Niño Jesús llene sus corazones de paz, de esperanza, y de fe para compartir la vida llevando la Buena Noticia desde Belén a nuestros hermanos y hermanas en todos los rincones de la tierra.

Escrito por

El lugar de encuentro de los Católicos latinos en Bangkok... de la mano de Cristo y bajo el amparo de María ... celebrando la fe en comunidad desde el 2002 ...

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