Hola amiguitos de la Comunidad,
¿Cómo han pasado la semana?
Recuerdan que en el Evangelio de la semana pasada, Jesús nos hablaba de la corrección fraterna, es decir, como proceder cuando vemos a alguna persona haciendo algo que no está bien. Y claro también, recordarán que la manera de proceder de Jesús es hacerlo siempre con amor.
Imaginen que estas lecturas del Evangelio de San Mateo son como una escalera, una que subimos día a día en esta maravillosa aventura de seguir a Jesús… Y, ¿por qué la imagen de una escalera? Porque no siempre nos es fácil sentirnos hermanos o corregirnos unos a otros con amor. Pero, volvamos a nuestra escalera… la lectura de hoy nos trae, podemos decir, el escalón que sigue: el perdón.
Como siempre, nuestro querido San Pedro sirve como nuestra propia voz preguntando a Jesús algo que, mas de una vez, nos hemos preguntado: Si alguien me hace algo feo ¿cuántas veces lo tengo que perdonar? Jesús le responde que hasta setenta veces siete. Suena a mucho ¿verdad? Si, esto significa hacerlo tantas veces sea necesario. ¿Por qué? Porque así es con Dios con nosotros. Su misericordia es tan grande y Su corazón de Padre está tan, pero tan lleno de amor por cada uno de sus amados hijos, que Él nos perdona una, y otra, y otra vez. Por eso decimos que su misericordia es infinita, que no tiene límites.
Como decíamos la semana pasada, cuando actuamos con amor fraternal, en este caso perdonando como nuestro Padre Celestial nos perdona, vivimos la paz de Jesús en nuestros corazones. Y con un corazón lleno de Jesús, también tenemos la humildad para pedir perdón: a Dios y a nuestros hermanos. ¡Que profunda alegría es tener a un Papá Dios tan bueno y misericordioso!
(En el Evangelio también leerán que Jesús, para hacer más clara su respuesta, le cuenta a Pedro una parábola. Miren primero el dibujo que les compartimos, ¿qué creen que pasa en esta parábola?)
Dibujo por el Fr. Félix Hernández Mariano (dominicos.org)
Evangelio ~ Mt 18, 21-35
Un día Pedro le preguntó a Jesús: «Oye, maestro. Si un amigo me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Una, dos… hasta siete?» Jesús le miró muy serio y le dijo: «Ni una ni siete, sino hasta setenta veces siete» –lo que quería decir es que tantas veces como hiciera falta, o sea, que siempre hay que perdonar–.
Y para que entendiera lo importante que es perdonar, le contó esta historia:
«Un hombre debía muchísimo dinero al rey. Y cuando el rey quiso cobrar la deuda, el hombre no tenía dinero para pagarle, así que le pidió que, por favor, le diese más tiempo. El rey se compadeció, y le perdonó la deuda. El hombre salió del palacio muy contento. Pero se encontró con un vecino que le debía a él una cantidad pequeña. El vecino tampoco tenía dinero, así que le pidió que le diese más tiempo. Pero el hombre se puso furioso, y en lugar de perdonarle mandó a la policía que lo detuviera.
Cuando el rey se enteró de lo que había ocurrido, se enfadó muchísimo y castigó a este hombre, y le decía: ‘Con todo lo que te perdoné yo, ¿no podías haber perdonado tú a tu vecino, que te debía mucho menos?’»
Y así Pedro comprendió que Dios es como el rey que siempre nos perdona, y que por eso nosotros también tenemos que perdonar a los otros, que son como ese vecino que también necesita nuestra ayuda.
Dame un corazón como el tuyo
Señor, dame un corazón como el tuyo.
Ayúdame a saber compadecerme de los demás
y perdonarles cuando me ofendan
igual que Tú, Padre Dios, perdonas mis ofensas.
Y no me dejes caer en la tentación de ser rencoroso
ni permitas que me aleje de tu amor y de tu misericordia.
Sólo el amor (canción)
Señor, no dejes que mi vida la guíe el rencor,
el resentimiento, la envidia,
sólo el amor, sólo el perdón,
sólo el perdón, sólo el amor.
Te invitamos a escuchar la canción Sólo el amor en RezandoVoy: https://rezandovoy.org/reproductor/infantil/2020-09-13
¡Hasta la próxima semana queridos amiguitos, siempre de la mano de Jesús y bajo el manto de amor de María!
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