Lecturas del Domingo XXIX del Tiempo Ordinario (Ciclo ‘C’, 2025) ~ 99a. Jornada Misionera Mundial (DOMUND)

Nuestra ayuda está siempre en el Señor

Las lecturas de hoy hablan sobre la oración, la fe y la confianza en la ayuda de Dios. Nos instan a mantener una estrecha relación con Dios, quien siempre nos escucha. Incluso en las dificultades, Dios no nos deja solos.
La primera lectura narra cómo los amalecitas son derrotados gracias a la oración de Moisés por su pueblo. Sus manos alzadas, apoyadas por otros miembros de su comunidad, simbolizan la dependencia de Dios, para que la fe y la perseverancia sean recompensadas.
Esto se refleja en la parábola de Jesús sobre la viuda, que persiste en buscar justicia del juez injusto (Evangelio). Consciente de lo fácil que puede ser desanimarnos, Jesús quiere que seamos como la viuda y perseveremos en nuestra oración, confiando profundamente en que Dios nos escucha; seguros de que cada oración es escuchada, incluso si la respuesta no es inmediata. Tenemos un Dios fiel y en quien podemos confiar.
El Salmo de confianza, esperanza y alabanza refleja el cuidado constante del Señor. Él nos guarda siempre, protegiendo y velando por cada uno de nuestros caminos.
Pablo (Segunda Lectura) nos exhorta a permanecer arraigados en la sabiduría y la guía de las Escrituras, inspiradas por Dios. Nos insta a compartirlas con «toda paciencia y doctrina».
Como Peregrinos de la Esperanza en este Año Jubilar, seguimos orando por la paz y la justicia en el mundo. Pedimos que el Espíritu Santo guíe nuestra oración, ayudándonos a perseverar y a no desanimarnos. (*)

Lectura del libro del Éxodo 17, 8-13
Mientras Moisés tenía los brazos levantados, vencía Israel

Los amalecitas atacaron a Israel en Refidim. Moisés dijo a Josué: «Elige a algunos de nuestros hombres y ve mañana a combatir contra Amalec. Yo estaré de pie sobre la cima del monte, teniendo en mi mano el bastón de Dios.»
Josué hizo lo que le había dicho Moisés, y fue a combatir contra los amalecitas.
Entretanto, Moisés, Aarón y Jur habían subido a la cima del monte. Y mientras Moisés tenía los brazos levantados, vencía Israel; pero cuando los dejaba caer, prevalecía Amalec. Como Moisés tenía los brazos muy cansados, ellos tomaron una piedra y la pusieron donde él estaba. Moisés se sentó sobre la piedra, mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sus brazos se mantuvieron firmes hasta la puesta del sol.
De esa manera, Josué derrotó a Amalec y a sus tropas al filo de la espada.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial– 120
R: Nuestra ayuda está en el nombre del Señor

Levanto mis ojos a las montañas:
¿de dónde me vendrá la ayuda?
La ayuda me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R

Él no dejará que resbale tu pie:
¡tu guardián no duerme!
No, no duerme ni dormita
el guardián de Israel. R

El Señor es tu guardián,
es la sombra protectora a tu derecha:
de día, no te dañará el sol,
ni la luna de noche. R

El Señor te protegerá de todo mal
y cuidará tu vida.
El te protegerá en la partida y el regreso,
ahora y para siempre. R

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo 3, 14–4, 2
El hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien

Querido hijo:
Permanece fiel a la doctrina que aprendiste y de la que estás plenamente convencido: tú sabes de quiénes la has recibido. Recuerda que desde la niñez conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación, mediante la fe en Cristo Jesús.
Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien.
Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar.

Palabra del Señor

Aleluya Heb 4, 12
La Palabra de Dios es viva y eficaz,
discierne los pensamientos
y las intenciones del corazón.

✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 18, 1-8
Dios hará justicia a sus elegidos que claman a Él

Gloria a Ti, Señor

Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: «En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: «Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario.» Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: «Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme.»»
Y el Señor dijo: «Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia.
Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?»

Palabra del Señor

Gloria a Ti, Señor Jesús

Caminando en Esperanza, en este año jubilar, compartimos la fe unidos en oración y meditando juntos la reflexión preparada por nuestros amigos de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, para este Domingo: https://rezandovoy.org/reproductor/2025-10-19

~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de este Domingo

Salmo 120 (121)

Este salmo forma parte del grupo de salmos conocidos como los Salmos de Ascenso (120-134). Se cree que se usaban en conjunción con las peregrinaciones a Jerusalén que los judíos debían realizar en las tres festividades principales: la Fiesta de los Panes Ácimos, la Fiesta de las Semanas y la Fiesta de los Tabernáculos (véase Deuteronomio 16, 16). Por lo tanto, el salmo está vinculado a un viaje y quizás sea una bendición para quien emprende el camino. La primera pregunta la formula el viajero, mientras que la respuesta provendría del sacerdote o del grupo, deseándole un buen viaje.
El punto principal del salmo es que Dios provee seguridad a todos los peregrinos. Miran hacia las montañas, la morada tradicional de Dios. Dios es el creador del cielo y la tierra. Este es el principio central de su fe, a diferencia de las otras deidades que el peregrino podría encontrar en su viaje. No duerme ni dormita, a diferencia de otros dioses, que se creía que dormían y solo despertaban en épocas importantes de crecimiento o cosecha.
Él proporciona refugio del sol (esencial en el clima cálido y seco de Palestina) y de la luna (la antigua creencia sostenía que los rayos de la luna podían inducir la locura, como se refleja hoy en día en palabras como «locura» o «lunático», que derivan del latín «luna»). Además, el sol y la luna eran considerados deidades por los habitantes de esta parte del mundo (el dios egipcio del sol se llamaba Ra y el dios mesopotámico de la luna, Nanna).
Al leer este salmo, podemos reflexionar que, aunque los viajes hoy en día son generalmente mucho menos peligrosos que en la antigüedad, Dios está siempre presente, protegiendo al viajero que acude a él en busca de ayuda.

Evangelio ~ Lc 18, 1-8

El juez injusto y la viuda persistente

Encontramos dos de los temas principales del Evangelio de Lucas en este pasaje: La enseñanza de Jesús sobre la oración y su compasión por aquellos que son marginados por la sociedad. Esta parábola es exclusiva de Lucas.

El Juez
Es un magistrado romano típico que insiste dos veces en que «no teme a Dios ni respeta a los hombres (¡ni a las mujeres!)». Estos hombres eran todopoderosos y a menudo juzgaban por capricho.
El monólogo del juez (Lucas 18, 4-5) es típico de las comedias griegas y crea un vínculo entre el público y el personaje: Lucas escribe para un público griego y gentil. El cambio de opinión del juez no se produce porque acepta la justicia de la demanda de la viuda, sino porque quiere quitársela de encima.

La Viuda
A diferencia de la posición social del juez, la viuda es totalmente impotente. (En sus relatos, Lucas suele alternar hombres y mujeres como ejemplos de los puntos que busca transmitir). Las viudas carecían de estatus legal, y como no tenía parientes varones que hablaran por ella, podemos ver su total vulnerabilidad. Podría ser vista como la representante de todos aquellos oprimidos, heridos por otros y que no pueden defenderse.

Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche?
Las parábolas suelen tener un punto de inflexión y su propósito es hacernos reflexionar sobre el significado subyacente de la historia. Pero Dios no está representado por el juez injusto en esta historia, por supuesto. Más bien, se usa como contraste con Dios, pues él es todo lo que Dios no es: egoísta, indiferente, carente de compasión. Si el juez corrupto pudo ceder, cuánto más nuestro Dios amoroso, un juez compasivo, responderá a nuestras peticiones.

Cuando venga el Hijo del Hombre
Esta historia también debe leerse en el contexto del Fin de los Tiempos. Se hacía evidente que el reino de Dios no llegaría tan pronto como algunos pensaban y esperaban; de hecho, cuando Lucas escribió este Evangelio, los cristianos llegaban a la conclusión de que el reino de Dios se establecería, pero no de inmediato. El escrito de Lucas muestra que esta demora ya se insinuaba en las palabras del Señor a sus discípulos. Por lo tanto, esta parábola pretendía mostrar a los discípulos la necesidad de orar continuamente y no desfallecer; así podrían perseverar en la fe y esperar el regreso del Hijo del Hombre. (*)

(*) fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/

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