La Escritura de este domingo nos pide tres cosas: usar con prudencia los dones que recibimos; centrarnos en las verdaderas riquezas venideras, en lugar de en las efímeras riquezas de esta vida terrenal; y, por lo tanto, desear y elegir aquello que profundice la vida de Dios en nosotros.
El Predicador de la Primera Lectura, al explorar la vanidad de los esfuerzos terrenales, nos invita a recordar a Dios en todo lo que hacemos.
Jesus, en el Evangelio, narra la parábola del hombre rico que acumula tesoros en graneros, que demuestra la locura de acumular riquezas por el mero hecho de tenerlas.
El Salmo nos recuerda que nosotros mismos somos efímeros y, como la hierba, vamos y venimos en un abrir y cerrar de ojos. Pero en el Señor, nuestro refugio de generación en generación, encontramos nuestro verdadero sentido.
Por eso san Pablo, en la segunda lectura, nos anima a abandonar todo lo que no es de Cristo para vivir una vida centrada en Cristo. Entonces, Cristo será todo en todos.
Como Peregrinos de Esperanza en este año jubilar, sigamos orando para que seamos agentes de la restitución de las riquezas malversadas, para que todos se beneficien de la generosa bondad de Dios. (*)

Lo que el corazón del hombre espera se describe como un bien que se “hereda”. No se trata de conquistarlo por la fuerza, ni de implorarlo como siervos, ni de obtenerlo por contrato. La vida eterna, que sólo Dios puede dar, se transmite al hombre en herencia como de padre a hijo.
Papa León XIV
Ángelus, 13 de julio 2025
Lectura del libro del Eclesiastés 1, 2; 2, 21-23
¿Qué le importa al hombre todo su esfuerzo?
¡Vanidad, pura vanidad!,
dice Cohélet.
¡Vanidad, pura vanidad!
¡Nada más que vanidad!
Porque un hombre que ha trabajado
con sabiduría, con ciencia y eficacia,
tiene que dejar su parte a otro que no
hizo ningún esfuerzo. También esto
es vanidad y una grave desgracia.
¿Qué le reporta al hombre todo su esfuerzo
y todo lo que busca afanosamente bajo el sol?
Porque todos sus días son penosos,
y su ocupación, un sufrimiento;
ni siquiera de noche descansa su corazón.
También esto es vanidad.
Palabra del Señor
Salmo Responsorial 89
R: ¡Tú has sido nuestro refugio, Señor!
Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: “Vuelvan, seres humanos”.
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R
Tú los arrebatas, y son como un sueño,
como la hierba que brota de mañana:
por la mañana brota y florece,
y por la tarde se seca y se marchita. R
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo…?
Ten compasión de tus servidores. R
Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos. R
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los crisitanos de Colosas 3, 1-5. 9-11
Busquen los bienes del cielo donde está Cristo
Hermanos:
Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios.
Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con Él, llenos de gloria. Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo lo que es terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos deseos y también la avaricia, que es una forma de idolatría. Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras, y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador.
Por eso, ya no hay pagano ni judío, circunciso ni incircunciso, bárbaro ni extranjero, esclavo ni hombre libre, sino sólo Cristo, que es todo y está en todos.
Palabra del Señor
Aleluya Mt 5, 3
Felices los que tienen alma de pobres,
porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 12, 13-21
¿Para quién será lo que has amontonado?
Gloria a Ti, Señor
Uno de la multitud le dijo: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia». Jesús le respondió:
«Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?».
Después les dijo:
«Cuídense de toda avaricia, porque aun en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas».
Les dijo entonces una parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha”. Después pensó: “Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tie- nes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida”. Pero Dios le dijo: “Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?”
Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios».
Palabra del Señor
Gloria a Ti, Señor Jesús
Como cada Domingo y, como Peregrinos de Esperanza en este año jubilar, te invitamos a que meditemos juntos la reflexión preparada por nuestros amigos de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España: https://rezandovoy.org/reproductor/2025-08-03
~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de esta semana
Primera Lectura ~ Ecl 1, 2; 2, 21-23
Eclesiastés es el nombre griego del libro que, a veces es también llamado por su nombre hebreo, Qoheleth. La palabra significa ‘el Predicador’ y fue probablemente escrito a finales del 200 a.C.
Su atribución al ‘hijo de David, rey de Jerusalén’ es un dispositivo literario para animar a los lectores a asociar este trabajo con la sabiduría del rey Salomón. De hecho, es probablemente una compilación hecha por varios autores.
El libro da una mirada muy pesimista de la vida. La palabra «vanidad» se utiliza como leitmotiv y aparece 35 veces en este corto libro, también aparece en los Salmos (39 y 94). Su significado es algo similar a ‘transitorio, sin valor, vacío’.
El evangelio de hoy introduce acertadamente la parábola sobre el acaparamiento de posesiones por parte del “rico insensato”. Qoheleth tiene una visión muy pesimista de la vida. ¿Por qué molestarse en trabajar, viendo que no te lo puedes llevar, y tienes que dejárselo a ‘alguien que no ha trabajado para ello en absoluto?’ Frente a la futilidad de la vida, el escritor propone una solución unos capítulos más adelante: “Ve, come tu pan con alegría y bebe tu vino con un corazón alegre” (Eclesiastés 8, 7). Este pensamiento refleja el estado del desarrollo religioso en Israel en ese momento y muestra la necesidad de la llegada de una nueva era. El advenimiento de Cristo le dará a la gente una nueva dirección y significado en la vida.
Evangelio ~ Lc 12, 13-21
La historia de esta semana se encuentra únicamente en el Evangelio de Lucas y viene al principio de un larga sección que trata sobre los efectos negativos de las posesiones en el discipulado.
Un hombre de la multitud
Muchas personas siguen a Jesús, sin embargo, Jesús escucha y responde a esta voz anónima.
‘Dile a mi hermano que me dé una parte de nuestra herencia’
Estaba dentro de las atribuciones de los escribas o rabinos ocuparse de tales consultas legales. Las leyes sobre la herencia en ese momento se detallan en el libro de Números (27, 1–11) El hijo mayor recibiría dos partes de la herencia (Deuteronomio 21, 17). Sin embargo, Jesús no quiere que lo arrastren a una disputa legal y amplía el debate contando una parábola.
Un hombre rico … tuvo una buena cosecha de su tierra
La implicancia aquí es que la buena cosecha no se debe a la agricultura calificada sino simplemente a un buen suelo y condiciones. En ese momento la gente pensaba que la riqueza era una recompensa divina. En una sociedad donde no había clase media, unos pocos ricos controlaban el 80-90% de la riqueza: los pobres tenían que pagar renta para cultivar la tierra, así como impuestos a los romanos ocupantes. Muchos estaban desnutridos.
‘No tengo suficiente espacio para almacenar mis cultivos’
El agricultor no está considerando vender su cosecha – probablemente a un precio bajo y, si la cosecha ha sido abundante, quiere conservarla hasta que suban los precios.
Come, bebe y diviértete
Contrariamente a la filosofía epicúrea de la época, que aconsejaba “comer, bebe y divertirse’ porque uno podría morir mañana; aquí, el hombre quiere comer, beber y divertirse porque su futuro está a salvo.
Pero Dios le dijo: ‘¡Necio!’
La palabra usada aquí a menudo tiene matices de inmoralidad (Salmo 14, 1).
Este atesoramiento tuyo, ¿de quién será [cuando mueras]?
Se dividirá entre varias personas, que es exactamente lo que el hombre rico no estaba preparado para hacer en primer lugar.
Así es cuando un hombre acumula tesoros para sí mismo
El problema aquí no es la riqueza, sino la codicia. No sólo priva a otros, sino que no conduce a una vida plena y con propósito. El tonto rico está totalmente centrado en sí mismo, cree que no necesita a Dios. Compartir con otros lo hará rico a la vista de Dios. Jesús vuelve a esta misma idea más adelante en Evangelio de Lucas (12, 33 o 18, 22).
fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/


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