Lecturas del Domingo XVII del Tiempo Ordinario ~ V Jornada Mundial de los Abuelos y los Ancianos (Ciclo ‘C’, 2025)

«Pidan y se les dará»

La oración nos reconecta con nuestro verdadero propósito en la vida: la comunión íntima con nuestro amoroso Creador. El ministerio de Jesús mismo se basó en la oración, que comenzó tras un prolongado período de soledad y oración en el desierto. El mismo, termina con una última oración amorosa implorando perdón, no solo por quienes intentaron acabar con la vida de Jesús, sino por todos nosotros cuando no reconocemos las gracias que hemos recibido.
Abraham (Primera Lectura), mostrando una relación de confianza casi descarada con Dios, invoca la infinita misericordia de Dios para su pueblo.
El Salmo es un canto de gratitud por la misericordia y el perdón amorosos de Dios. A pesar de seguir enfrentando pruebas, el salmista se siente lleno de vida.
Pablo recuerda a la comunidad colosense (Segunda Lectura) que Cristo ha perdonado todas sus ofensas (y las nuestras). Mediante su perdón, recibimos vida con él.
Los discípulos piden a Jesús guía sobre la oración (Evangelio). Jesús les enseña que Dios no es una figura paterna distante y ausente, sino un Padre amoroso: «Abba». Cuando pedimos nuestro «pan de cada día», no le rezamos a un amigo gruñón y soñoliento, sino a alguien que siempre está dispuesto a responder derramando el Espíritu Santo por nosotros, sobre nosotros y en nosotros. Esta abundante respuesta a nuestra oración es, sin duda, todo lo que necesitaremos.
Como Peregrinos de la Esperanza en este Año Jubilar, oremos por un espíritu de perdón y reconciliación en nosotros, en nuestras familias, en nuestras comunidades y dondequiera que haya conflicto en el mundo. (*)

Lectura del libro del Génesis 18, 20-21. 23-3
Que mi Señor no me tome a mal si continúo insistiendo

El Señor dijo: “El clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande, y su pecado tan grave, que debo bajar a ver si sus acciones son realmente como el clamor que ha llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré”.
Entonces Abraham se le acercó y le dijo: “¿Así que vas a exterminar al justo junto con el culpable? Tal vez haya en la ciudad cincuenta justos. ¿Y tú vas a arrasar ese lugar, en vez de perdonarlo por amor a los cincuenta justos que hay en él? ¡Lejos de ti hacer semejante cosa! ¡Matar al justo juntamente con el culpable, haciendo que los dos corran la misma suerte! ¡Lejos de ti! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no va a hacer jus- ticia?”.
El Señor respondió: “Si encuentro cincuenta justos en la ciudad de Sodoma, perdonaré a todo ese lugar en atención a ellos”.
Entonces Abraham dijo: “Yo, que no soy más que polvo y ceniza, tengo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Quizá falten cinco para que los justos lleguen a cincuenta. Por esos cinco ¿vas a destruir toda la ciudad?”. “No la destruiré si encuentro allí cuarenta y cinco”, respondió el Señor.
Pero Abraham volvió a insistir: “Quizá no sean más que cuarenta”. Y el Señor respondió: “No lo haré por amor a esos cuarenta”. “Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no lo tome a mal si continúo insistiendo. Quizá sean solamente treinta”.
Y el Señor respondió: “No lo haré si encuentro allí a esos treinta”. Abraham insistió: “Una vez más, me tomo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Tal vez no sean más que veinte”.
“No la destruiré en atención a esos veinte”, declaró el Señor.
“Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no se enoje si hablo por última vez. Quizá sean solamente diez”. “En atención a esos diez, respondió, no la destruiré”.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial 137, 1-3. 6-7a. 7c-8
¡Me escuchaste, Señor, cuando te invoqué!

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque has oído las palabras de mi boca,
te cantaré en presencia de los ángeles.
Me postraré ante tu santo Templo. R

Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad,
porque tu promesa ha superado tu renombre.
Me respondiste cada vez que te invoqué
y aumentaste la fuerza de mi alma. R

El Señor está en las alturas,
pero se fija en el humilde
y reconoce al orgulloso desde lejos.
Si camino entre peligros, me conservas la vida. R

Tu derecha me salva.
El Señor lo hará todo por mí.
Tu amor es eterno, Señor,
¡no abandones la obra de tus manos! R

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas 2, 12-14
Nos hizo revivir con Él, perdonando todas nuestras faltas

Hermanos:
En el bautismo, ustedes fueron sepultados con Él, y con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con Él, perdonando todas nuestras faltas. Él canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz.

Palabra del Señor

Aleluya Rom 8, 15bc
Han recibido el espíritu de hijos adoptivos,
que nos hace llamar a Dios «¡Abbá!», es decir, Padre.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 11, 1-13
Pidan y se les dará

Gloria a Ti, Señor

Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos».
Él les dijo entonces: «Cuando oren, digan:
Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino;
danos cada día nuestro pan cotidiano;
perdona nuestros pecados, porque también
nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden;
y no nos dejes caer en la tentación».
Jesús agregó: «Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: “Amigo, prés- tame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle”, y desde adentro él le responde: “No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos”.
Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
¿Hay algún padre entre ustedes que dé a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!»

Palabra del Señor

Gloria a Ti, Señor Jesus

En este año jubilar, y como Peregrinos de Esperanza, te invitamos a permanecer unidos en oración, meditando juntos la reflexión preparada por nuestros amigos de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España: https://rezandovoy.org/reproductor/2025-07-27

~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de esta semana

Salmo 137 (138)

El Salmo 137 (138) es un himno individual de acción de gracias, una sola voz alaba a Dios directamente. En las dos primeras estrofas, encontramos el pronombre ‘tú’ seis veces.
La palabra hebrea “Jesed”, a menudo traducido por ‘amor firme’, aquí aparece como ‘fidelidad y amor’. Eso indica un amor que no conoce límites. Se encuentra muchas veces en el Antiguo Testamento, particularmente en los salmos, y está conectado al Pacto, la relación entre Dios y su pueblo: “Te adoptaré como mi propio pueblo y yo seré tu Dios” (Éxodo 6, 7).
No sabemos las razones por las que el salmista da gracias. A pesar de que él dice ‘el día que llamé’, la palabra hebrea usada también podría significar ‘siempre que llamé’, por lo que puede referirse a varias ocasiones. Pero lo importante es que Dios fue fiel y siempre respondió al llamado del salmista. Jesús habría rezado este salmo muchas veces, y frases como ‘ni [un gorrión] cae a tierra sin que tu Padre lo sepa’ (Mateo 10, 19) hacen eco del significado del versículo 6: “Jehová está en lo alto, pero mira al humilde’.

Evangelio ~ Lc 11, 1-4. 9-13

El pasaje de esta semana incluye la versión de Lucas del Padrenuestro y otras reflexiones sobre la oración. (Normalmente usamos la versión de Mateo del Padrenuestro: es algo más larga que la de Lucas, con siete peticiones contra las cinco de Lucas).

Jesús se encontraba en un lugar orando
Lucas a menudo muestra a Jesús en oración, y los siguientes ejemplos son exclusivos de su Evangelio: Jesús ora en su bautismo (3, 21); la noche antes de llamar al Doce (6, 12); antes de preguntar a los discípulos: ‘¿Quién dice la multitud [ustedes] quién yo soy?’ (9, 18); en la montaña antes de la Transfiguración (9, 28-29). En el pasaje de hoy, Jesús mismo está orando cuando los discípulos le piden que enseñe ellos a orar (11, 1).

“Enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos”
Los discípulos sintieron la necesidad de tener una oración distintiva que los individualizara como seguidores de Jesús. Debe ser una oración comunitaria (“Enséñanos a orar”). Los eruditos tienden a pensar que esta oración se basa en oraciones judías existentes. Lucas escribe para los cristianos gentiles, que necesitan estímulo para perseverar en su conocimiento de Dios. Jesús no les dice por qué orar, sino cómo orar.

‘Padre, que tu nombre…’
Al dirigirse a Dios como Padre, Jesús muestra una relación cercana, íntima, personal, con Dios.

‘Danos cada día nuestro pan cotidiano’
Mucho se ha escrito sobre el uso y el significado de «cotidiano» (aunque el el significado del griego original no está claro). La mención del pan como alimento básico muestra preocupación por nuestras necesidades físicas; más allá de eso, muchos también ven en ella una alusión a la Eucaristía, sustentando así también nuestras necesidades espirituales.

‘Perdónanos como nosotros perdonamos…’
El uso del tiempo presente indica una acción continua. No se refiere a uno incidente, sino que va a ser una elección de estilo de vida.

‘Preguntar, buscar, llamar…’
La siguiente historia se refiere a la oración de petición y no está directamente relacionada con la oración del Señor. No se menciona específicamente ningún grupo en particular, por lo que hay una nota de universalidad: el que pide recibe.

‘Un escorpion’
Los escorpiones palestinos son negros y de ninguna manera podrían confundirse con un huevo.

‘Si ustedes, que son malos ..’
El ‘tú’ aquí tiene la intención de referirse a cada persona en general, no solo a la audiencia en ese momento. Dios, como nuestro Padre, hará aún más de lo que la mayoría de los padres amorosos harían. El dará el Espíritu Santo “a los que se lo pidan”.

fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/

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