El Señor es bondadoso y compasivo
Las lecturas de esta semana nos animan a ser compasivos, con nosotros mismos, con los demás y en todo lo que hacemos. En la primera lectura, vemos cómo David no cede a la venganza cuando encuentra a Saúl dormido, vulnerable y bajo su poder. David tiene una opción y actúa con lealtad y moderación. Saúl lo ha perseguido, pero David ahora le perdona la vida porque Saúl es el ungido del Señor.
El Salmo es un canto de alabanza, que describe con gratitud la compasión y el amor de Dios hacia todos sus hijos.
San Pablo nos enseña que, aunque somos terrenales por naturaleza, al modelarnos a Cristo, el segundo Adán, recibimos su espíritu vivificante. (Segunda lectura)
Todas las lecturas nos preparan para la desafiante enseñanza de Jesús en el Evangelio. Jesús nos anima a amar a nuestros enemigos, a hacer el bien a quienes nos hacen daño, a prestar sin esperar una recompensa, a amar sin contar el costo. Así nos aman Jesús y su Padre.
Al reflexionar sobre estos textos como Peregrinos de Esperanza en este Año Jubilar, tal vez deseemos orar especialmente por un espíritu de reconciliación y perdón en nuestras propias vidas, nuestras comunidades, nuestro país y en todas las situaciones de guerra, conflicto, injusticia y sufrimiento en nuestro mundo. (*)

Jesús quiere que en cada corazón el amor de Dios triunfe sobre el odio y el rencor. La lógica del amor, que culmina en la Cruz de Cristo, es la señal distintiva del cristiano y nos lleva a salir al encuentro de todos con un corazón de hermanos. Pero, ¿cómo es posible superar el instinto humano y la ley mundana de la represalia? La respuesta la da Jesús en la misma página del Evangelio: «Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso» (vers. 36). Quien escucha a Jesús, quien se esfuerza por seguirlo aunque cueste, se convierte en hijo de Dios y comienza a parecerse realmente al Padre que está en el cielo. Nos volvemos capaces de cosas que nunca hubiéramos pensado que podríamos decir o hacer, y de las cuales nos habríamos avergonzado, pero que ahora nos dan alegría y paz. Ya no necesitamos ser violentos, con palabras y gestos; nos descubrimos capaces de ternura y bondad; y sentimos que todo esto no viene de nosotros sino de Él, y por lo tanto no nos jactamos de ello, sino que estamos agradecidos. No hay nada más grande y más fecundo que el amor: confiere a la persona toda su dignidad, mientras que, por el contrario, el odio y la venganza la disminuyen, desfigurando la belleza de la criatura hecha a imagen de Dios.
PAPA FRANCISCO
Ángelus, 24 de febrero 2019
Lectura del primer libro de Samuel 26, 2. 7-9. 12-14. 22-23
El Señor te entregó en mis manos, pero no quise atentar contra el ungido del Señor
Entonces Saúl bajó al desierto de Zif con tres mil hombres, lo más selecto de Israel, para buscar a David en el desierto.
David y Abisai llegaron de noche, mientras Saúl estaba acostado, durmiendo en el centro del campamento. Su lanza estaba clavada en tierra, a su cabecera, y Abner y la tropa estaban acostados alrededor de él.
Abisai dijo a David: «Dios ha puesto hoy a tu enemigo en tus manos. Déjame clavarlo en tierra con la lanza, de una sola vez; no tendré que repetir el golpe». Pero David replicó a Abisai: «¡No, no lo mates! ¿Quién podría atentar impunemente contra el ungido del Señor?».
David tomó la lanza y el jarro de agua que estaban a la cabecera de Saúl, y se fueron. Nadie vio ni se dio cuenta de nada, ni se despertó nadie, porque estaban todos dormidos: un profundo sueño, enviado por el Señor, había caído sobre ellos.
Luego David cruzó al otro lado y se puso en la cima del monte, a lo lejos, de manera que había un gran espacio entre ellos, y empezó a gritar a la tropa y al rey Saúl: «¡Aquí está la lanza del rey! Que cruce uno de los muchachos y la recoja. El Señor le pagará a cada uno según su justicia y su lealtad. Porque hoy el Señor te entregó en mis manos, pero yo no quise atentar contra el ungido del Señor.»
Palabra del Señor
Salmo Responsorial 102, 1-4. 8. 10. 12-13
R: El Señor es bondadoso y compasivo
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios. R
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura. R
El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas. R
Cuanto dista el oriente del occidente,
así aparta de nosotros nuestros pecados.
Como un padre cariñoso con sus hijos,
así es cariñoso el Señor con sus fieles. R
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 15, 45-49
Como hemos sido revestidos de la imagen del hombre terrenal, también lo seremos de la imagen del hombre celestial
Hermanos:
Esto es lo que dice la Escritura: El primer hombre, Adán, fue creado como un ser viviente; el último Adán, en cambio, es un ser espiritual que da la Vida. Pero no existió primero lo espiritual sino lo puramente natural; lo espiritual viene después.
El primer hombre procede de la tierra y es terrenal; pero el segundo hombre procede del cielo. Los hombres terrenales serán como el hombre terrenal, y los celestiales como el celestial.
De la misma manera que hemos sido revestidos de la imagen del hombre terrenal, también lo seremos de la imagen del hombre celestial.
Palabra del Señor
Aleluya Jn 13, 34
«Les doy un mandamiento nuevo:
ámense los unos a los otros,
así como Yo los he amado».
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 6, 27-38
Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso
Gloria a Ti, Señor
Jesús les dijo a sus discípulos:
Yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames.
Hagan por los demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes. Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman. Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo.
Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos.
Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes.
Palabra del Señor
Gloria a Ti, Señor Jesús
Como cada Domingo, quedamos unidos en oración meditando juntos la reflexión preparada por nuestros amigos de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2025-02-23
~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de la semana
Salmo 102 (103)
Este salmo es un canto de acción de gracias por el amor y el perdón de Dios por nosotros. Este niega la antigua división que a veces se hacía entre el Antiguo y los Nuevos Testamentos: el primero, supuestamente, centrado en el miedo; los segundo, en el amor.
Como es habitual en este tipo de salmos, el autor comienza con una introducción dando gracias al Señor y luego da las razones de su gratitud. Para esto usa una serie de verbos en estrecha sucesión: perdona, sana, redime, corona.
Cuando el salmista se dirige a su ‘alma’, se refiere a su ‘ser interior’: lo que lo mantiene vivo. Al principio el salmista habla en nombre propio (mi alma), luego se dirige al resto de los presentes que rezan con él (te corona con amor y compasión). A través de él, todo el pueblo de Israel da gracias. La expresión más grande del amor de Dios por todos nosotros es su misericordia y su perdón a pesar de nuestras faltas (él perdona todas nuestras culpas). El salmista va más allá de la acción de gracias por las bendiciones que ha recibido personalmente y también incluye a toda la creación ‘desde donde está el oriente hasta el oeste’.
Dios ama a todos los que ‘le temen’. La palabra hebrea traducida aquí por ‘miedo’ no tiene la implicación moderna de ansiedad, aprensión y alarma ante un posible castigo. Más bien denota asombro, respeto reverente, honor y obediencia a la voluntad del Señor.
La frase ‘El Señor es compasión y amor’, repetida a menudo a lo largo salterio, y que hoy forma la respuesta al salmo, se hace eco de la palabras del Señor en el monte Sinaí en presencia de Moisés (Éxodo 34, 6). Describe la comprensión del salmista acerca de la naturaleza de Dios.
Evangelio ~ Lucas 6, 27-38

En el Evangelio de Lucas, el pasaje de esta semana sigue directamente al del Domingo anterior.
Ama a tus enemigos
La palabra griega aquí es ágape, que no tiene que ver con el amor romántico, sino con un deseo incondicional por el bienestar de los demás, ya sea que gustemos de ellos o no. De hecho, Jesús describe ese amor como hacer el bien, una bendición, que está hablando bien de ellos; y el orar – eso es sostenerlos en el Señor. Es un tema persistente en el Evangelio de Lucas, como por ejemplo en la historia del Buen Samaritano. (Lucas 10, 29–37)
Pon la otra mejilla
Aquí Jesús no aboga por aceptar el abuso, sino por ofrecer resistencia. Para un amo abofetear a un esclavo en la mejilla derecha era, en ese momento, simplemente afirmar su autoridad. Una bofetada en la mejilla izquierda mostraría ira, y pérdida de control, y así avergonzarse. El resultado de poner al otro mejilla era avergonzar al amo.
Al que te quita el manto…
Esto probablemente sería el acto de un soldado. Como el hombre solo tendría una capa y una túnica como vestidura, dar ambas cosas lo dejaría desnudo, trayendo así vergüenza para el que comete la infracción.
Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti
Los eruditos han llamado a esto la ‘regla de oro’. Debe aplicarse universalmente, no solo a familiares y amigos. Todos los preceptos anteriores se encuentran plasmados en el manera en que Jesús vivió su vida en la tierra.
Perdona, y serás perdonado
Esta es la primera vez que aparece la noción de perdón en el Evangelio de Lucas. Es un atributo principal de Dios y visto muchas veces en las obras de Jesús.
Una medida completa …
Esta es una imagen tomada de la distribución del grano en tiempos prósperos. El grano sería presionado para separar el grano de la semilla, y se sacude para asegúrese de que llene cada pequeño espacio disponible; entonces el persona haría una especie de bolsillo con su túnica para recibir la medida del grano.
fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/
Las Bienaventuranzas de Jesús son un mensaje decisivo, que nos empuja
a no depositar nuestra confianza en las cosas materiales y pasajeras,
a no buscar la felicidad siguiendo a los vendedores de humo
—que tantas veces son vendedores de muerte—,
a los profesionales de la ilusión. El Señor nos ayuda a curarnos
de la miopía crónica que el espíritu mundano nos contagia.
(Papa Francisco, 17 de febrero 2019)


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