Lecturas del Domingo IV del Tiempo Ordinario ~ Presentación del Señor (F) (Ciclo ‘C’, 2025)

¡Mis ojos han visto la salvación!

Cuarenta días después de Navidad, celebramos la Presentación del Señor en el Templo (la fiesta de la Candelaria), cuando celebramos a Cristo como la luz del mundo. En muchos lugares se bendicen las velas en la iglesia y se llevan en procesión para darle la bienvenida.
La primera lectura de hoy es una profecía en la que podemos reconocer al Mesías. Su venida será un desafío, pero también una buena noticia para quienes lo reciban.
Cantamos el Salmo mientras seguimos al Señor, nuestro Rey de gloria. Cristo ha venido a vivir entre nosotros como uno de nosotros.
Aunque es el Hijo de Dios, Jesús fue tentado en todo como nosotros, y por eso es capaz de ayudarnos en nuestras tentaciones (Segunda lectura).
El Evangelio nos recuerda la primera vez que el Señor entró en el Templo, con María y José. Allí se encuentra con Simeón, un anciano que reconoce a Jesús como el Mesías esperado; junto con Ana, una profetisa que habla de él a todo el que conoce.
Al leer la advertencia de Simeón a María de que su Hijo será rechazado y que una espada le atravesará el alma, en este Año Jubilar como Peregrinos de Esperanza, podemos recordar y orar por todas las madres, en particular por aquellas que presencian y sufren la pérdida de sus hijos, ya sea que las conozcamos personalmente o no. (*)

La liturgia de hoy nos muestra a Jesús que va al encuentro de su pueblo. Es la fiesta del encuentro: la novedad del Niño se encuentra con la tradición del templo; la promesa halla su cumplimiento; María y José, jóvenes, encuentran a Simeón y Ana, ancianos. Todo se encuentra, en definitiva, cuando llega Jesús. ¿Qué nos enseña esto? En primer lugar, que también nosotros estamos llamados a recibir a Jesús que viene a nuestro encuentro. Encontrarlo: al Dios de la vida hay que encontrarlo cada día de nuestra existencia; no de vez en cuando, sino todos los días. Seguir a Jesús no es una decisión que se toma de una vez por todas, es una elección cotidiana. Y al Señor no se le encuentra virtualmente, sino directamente, descubriéndolo en la vida, en lo concreto de la vida. De lo contrario, Jesús se convierte en un hermoso recuerdo del pasado. Pero cuando lo acogemos como el Señor de la vida, el centro de todo, el corazón palpitante de todas las cosas, entonces él vive y revive en nosotros.

PAPA FRANCISCO
Santa Misa, Fiesta de la Presentación del Señor
XXIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada
2 de febrero 2019

Lectura de la profecía de Malaquías 3, 1-4
Entará en su templo el Señor a quien ustedes buscan

Yo envío a mi mensajero,
para que prepare el camino delante de mí.
Y en seguida entrará en su Templo el Señor que ustedes buscan;
y el Angel de la alianza que ustedes
desean ya viene, dice el Señor de los ejércitos.
¿Quién podrá soportar el Día de su venida?
¿Quién permanecerá de pie cuando aparezca?
Porque él es como el fuego del fundidor
y como la lejía de los lavanderos.
Él se sentará para fundir y purificar:
purificará a los hijos de Leví
y los depurará como al oro y la plata;
y ellos serán para el Señor
los que presentan la ofrenda conforme a la justicia.
La ofrenda de Judá y de Jerusalén será agradable al Señor,
como en los tiempos pasados, como en los primeros años.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial 23, 7-10
R: El Rey de la gloria es el Señor de los ejércitos

¡Puertas, levanten sus dinteles,
levántense, puertas eternas,
para que entre el Rey de la gloria! R

¡Y quién es ese Rey de la gloria?
Es el Señor, el fuerte, el poderoso,
el Señor poderoso no los combates. R

¡Puertas, levanten sus dinteles,
levántense, puertas eternas,
para que entre el Rey de la gloria! R

¿Y quién es ese Rey de la gloria?
El Rey de la gloria
es el Señor de los ejércitos. R

Lectura de la carta a los Hebreos 2, 14-18
Debeia hacerse semejante en todo a sus hermanos

Hermanos:
Y ya que los hijos tienen una misma sangre y una misma carne, él también debía participar de esa condición, para reducir a la impotencia, mediante su muerte, a aquel que tenía el dominio de la muerte, es decir, al demonio, y liberar de este modo a todos los que vivían completamente esclavizados por el temor de la muerte.
Porque él no vino para socorrer a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham. En consecuencia, debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo.
Y por haber experimentado personalmente la prueba y el sufrimiento, él puede ayudar a aquellos que están sometidos a la prueba.

Palabra del Señor

Aleluya Lc 2, 32
Luz para iluminar a las naciones paganas
y gloria de tu pueblo Israel.

✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 2, 22-40
Mis ojos han visto la salvación

Gloria a Ti, Señor

Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor». También debían ofrecer un sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:

«Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido,
porque mis ojos han visto la salvación
que preparaste delante de todos los pueblos:
luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel».

Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos».
Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casa en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.

Palabra del Señor

Gloria a Ti, Señor Jesús

Como cada semana, te invitamos a mantenernos unidos en oración, meditando juntos la reflexión preparada por nuestros amigos de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, que te compartimos a través del siguiente enlace: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2025-02-02

~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de esta semana

Fiesta de la Presentación (de la Candelaria)

La Presentación de Jesús (2 de febrero), también conocida como la Purificación de la Virgen o la Candelaria, se celebra el cuadragésimo día después de Navidad. Es un momento crucial del año, en el que nos alejamos de las festividades de la navidad y miramos hacia la cruz, y más allá de ella, hacia la tumba vacía. Tradicionalmente, las velas que se utilizarían durante el año se llevaban a la iglesia en este día para ser bendecidas, de ahí el nombre de ‘Candelaria’.

Segunda Lectura ~ Hebreos 2, 14-18

Hebreos no es realmente una carta en el sentido convencional de la palabra, sino una exhortación, posiblemente un sermón escrito con un final que se lee como una carta. No está dirigida a ninguna iglesia en particular y no busca resolver un problema o asunto específico.
Su audiencia son los cristianos judíos, probablemente vivieron poco después de la destrucción del Templo alrededor del año 70 a. C. Estos vivían en tiempos difíciles, enfrentando peligros potenciales tanto de las autoridades civiles como de los judíos tradicionales. La destrucción del Templo, trajo una pérdida del rumbo y están muy necesitados de tranquilidad.
Aunque Hebreos siempre se agrupa con las cartas de San Pablo, los eruditos ahora están convencidos de que Pablo no la escribió. El estilo, el vocabulario, la composición y otras características técnicas sugieren que su autor es desconocido, aunque probablemente era un cristiano judío griego familiarizado con la retórica y la filosofía helenísticas. La calidad inspirada de la carta siempre ha sido aceptada.
El pasaje de hoy habla del significado de la venida del Hijo de Dios a vivir entre nosotros como uno mas. Hebreos ve la Buena Noticia en términos judíos: Jesucristo es el sumo sacerdote, comparte nuestra carne y sangre, es decir, nuestra naturaleza humana, pero mientras que se esperaba que los sumos sacerdotes levitas fueran dignos de confianza, el autor enfatiza aquí una nueva cualidad en el sacerdocio de Cristo, la compasión. Antes de Cristo, las personas pecaban y así se separaban de Dios. Entonces ofrecían sacrificios para reconciliarse con Dios. La muerte de Cristo termina este ciclo: dado que toma sobre sí los pecados, no hay ruptura en nuestra relación con Dios ni siquiera en la muerte. Cristo ha quitado “a aquel que tenía el dominio de la muerte, es decir, al demonio, y liberar de este modo a todos los que vivían completamente esclavizados por el temor de la muerte” (vv. 14-15).

Evangelio ~ Lucas 2, 22-32

El relato de la Presentación del Señor es uno de los pocos pasajes del Evangelio de Lucas que nos da información sobre la infancia de Jesús. Los Evangelios no son biografías tradicionales, sino que se centran en aspectos de la vida y la enseñanza de Cristo. Aquí el enfoque está en mostrar que Jesús y su familia eran judíos respetuosos de la ley: de hecho, la Ley de Moisés se menciona cuatro veces en este breve pasaje.

Cuando llegó el día para la purificación
Según Levítico (12, 2-8), una mujer era impura durante 40 días después de dar a luz a un niño (80 días para una niña). Después de esto, se les exigía que fueran al Templo y ofrecieran un sacrificio para ser purificados.

Llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor
No parece haber ningún requisito para la presentación de un niño al Señor en la Torá (los primeros cinco libros de la Biblia), pero podría ser que Lucas recordara lo que le sucedió a Samuel (1 Samuel 1, 19-28). De hecho, hay otro ejemplo en el que Lucas traza estrechos paralelismos entre Ana y María, cuando relata que María recitó el Magníficat (Lucas 1, 46-55), similar al cántico de Ana antes de dedicar a Dios a su hijo Samuel (1 Samuel 2, 1-10).

Todo primogénito varón será consagrado al Señor
Esta es una referencia al Libro del Éxodo (13, 2, 15). Todo primogénito varón “pertenece” a Dios de una manera especial y está dedicado a servirle, recordando al Señor que hirió a los primogénitos de los egipcios, pero salvó a los hijos varones de los judíos. Era costumbre que un padre “recomprara” a su(s) hijo(s) pagando una multa de cinco siclos (Números 18, 1-16), aunque Lucas no lo menciona aquí.

Un par de tórtolas o dos pichones de paloma
Este es el sacrificio que se les exige a los pobres. Los ricos tenían que dar un cordero (Levítico 12, 8).

Había un hombre llamado Simeón… que esperaba el consuelo de Israel
La noción de ‘consolar’, a veces también traducida como ‘consolador’ (como en Isaías 40, 1), puede referirse tanto al Fin de los Tiempos como simplemente a la libertad de la opresión romana.

Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz
Estos versículos, a menudo llamados por su nombre en latín ‘Nunc Dimittis’, son rezados todos los días por quienes dicen la oración nocturna de la Iglesia. Recuerdan versículos de Isaías (52, 9-10, 49, 6, 46, 13) y enfatizan la naturaleza universal de la salvación de Cristo, incluidos los paganos (*)

fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/

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