¡Hola, queridos amiguitos de la Comunidad y bienvenidos!
Como siempre, nos da mucha alegría encontrarnos con ustedes para caminar en la fe de la mano de nuestro querido amigo, Jesús y al amparo amoroso de su Mamá y Madre nuestra también, la Santísima Virgen María. Antes de comenzar la dinámica de hoy, aquietamos el corazón para ponermos en la presencia del Señor.
Sabemos que, alrededor del mundo, hay miles de familias que tienen miembros (y, en muchos casos, niños) que sufren enfermedades. Quizá, alguno de ustedes ha tenido esa experiencia, en casa, en la escuela, en el lugar donde viven. Claro que esto no es algo nuevo ya que también sucedía en los tiempos de Jesús.
El pasaje del Evangelio de san Marcos que hoy les compartimos en este Domingo sexto del tiempo ordinario o durante el año del ciclo «B» relata la curación de un chico con una enfermedad muy, pero muy mala, llamada lepra. En aquellos tiempos, las personas que tenían esta enfermedad tan terrible eran discriminadas por todo el pueblo, la gente los maltrataba y nos querían saber nada de ellos… no podían ser parte de su comunidad. ¡Pensemos en lo solos y abandonados que se habrán sentido esos hermanos! Es por ello que lo que leeremos en el Evangelio, a Jesús sanando a este chico enfermo, es tan maravilloso e importante y un signo claro del amor y la compasión de Jesús por todos los que sufren.
Ahora pedimos, como lo hacemos habitualmente, la luz del Espíritu Santo para que guíe nuestra oración. Comenzamos mirando en detalle esta bella ilustración:

- ¿A quién vemos en el dibujo?
- ¿Qué nos llama la atención?
- ¿Cómo podemos describir el sentimiento en el rostro del chico? ¿Y el de Jesús?
A continuación, leemos el Evangelio, muy despacito para que cada palabra haga nido en nuestro corazón.
Evangelio según san Marcos 1, 40-45
Había por aquel tiempo un chico que tenía lepra. La lepra era una enfermedad muy mala. Se te ponía toda la piel cubierta de llagas. Y a los leprosos nadie los quería. Decían que era un castigo de Dios, les hacían ir con una campana.
Y cuando estaban cerca, todo el mundo se alejaba.
El chico llegó cerca de Jesús. Pero Jesús no se alejó, le esperó. El chico le dijo a Jesús: «Si quieres, puedes limpiarme». Y Jesús, en lugar de rechazarlo, le tomó la mano. ¿Te imaginas? Nadie le había tocado desde hacía años, ni una caricia, ni un abrazo. Pero Jesús le tocó y le dijo: «Sí, claro que quiero, queda limpio». Y de golpe, el chico se miró el brazo, y luego todo el cuerpo, y estaba sano. ¡Vaya sonrisa se le puso!
Jesús, que quería pasar desapercibido, le pidió que no lo dijera por ahí, solo en el templo. Pero el chico estaba tan feliz que empezó a contárselo a todo el mundo. La fama de Jesús seguía creciendo, y mucha gente acudía a él.
Antes de responder a las preguntas que te proponemos a continuación, le damos otra leída a este pasaje tan hermoso.
- ¿Cómo empieza este pasaje?
- ¿Qué piensan que el chico sintió cuando se acercó a Jesús?
- ¿Qué sucedió cuando Jesús le vio?
- ¿Qué le pidió el chico a Jesús que hiciera por el?
- Hay algo muy específico que Jesús le pide que el chico haga, ¿qué es?
- ¿Pueden describir como se ha sentido este chico después de su curación?
- ¿Qué sintieron ustedes al leer este pasaje?
Es posible que, ninguno de nosotros ha visto o vea a alguna persona que sufra esta enfermedad. Pero si, hay otras cosas, otras «enfermedades» que pueden suceder a nuestro alrededor (en nuestra familia, en el colegio, donde vivimos, cuando jugamos) en las que haya personas que, como el leproso del Evangelio, no son bienvenidas, que se las excluye, que nunca han sentido esa «caricia» (como leímos en el texto con respecto al chico), o la ternura de un abrazo, o una palabra de apoyo. Pensemos entonces, ¿a qué nos está invitando Jesús hoy? ¿Cómo podemos ser nosotros, en nuestra acción, sus manos, su ternura, su palabra de apoyo? Hablamos con nuestro Padre Celestial, como un amigo le habla a otro amigo… nos quedamos en silencio e intentamos oir, con el corazón abierto, lo que nos dice Jesús.
Resolvemos y coloreamos

fuente: https://elrincondelasmelli.blogspot.com/
Vamos concluyendo la dinámica de hoy con esta hermosa canción, Sáname que nos traen nuestros amigos de RezandoVoy.org: https://www.rezandovoy.org/reproductor/infantil/2024-02-11
Querido Jesús, gracias por este encuentro contigo…. gracias porque se que siempre estás cerca, siento tu amor y tu cuidado…. enséñame a servir a los demás con el mismo amor con el que tu lo haces; enséñame a ser generoso y solidario en mi casa, en el colegio, con mis amiguitos; que pueda ser tus manos, tus ojos… te pido por todos los que están enfermos, cuídalos, Jesús, que sientan tu amor y tu compasión, como lo siento yo. Te quiero mucho. Amén.
¡Que pasen una feliz y bendecida semana, chicos, caminando en la fe de la mano de Jesús y cubiertos con el manto de amor de María!


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