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Lecturas de Nochebuena y de la Natividad del Señor (2023)

En este día de fiesta volvamos la mirada a Belén. El Señor vino al mundo en una gruta y fue recostado en un pesebre para los animales, porque sus padres no pudieron encontrar un albergue, a pesar de que a María le había llegado ya la hora del parto. Vino a estar entre nosotros en el silencio y en la oscuridad de la noche, porque el Verbo de Dios no necesita reflectores ni el clamor de voces humanas. Él mismo es la Palabra que da sentido a la existencia, Él es la luz que alumbra el camino. «La luz verdadera, al venir a este mundo —dice el Evangelio—, ilumina a todo hombre» (Jn 1,9).
Jesús nace entre nosotros, es Dios-con-nosotros. Viene para acompañar nuestra vida cotidiana, para compartir todo con nosotros, alegrías y dolores, esperanzas e inquietudes. Viene como un niño indefenso. Nace en el frío, pobre entre los pobres. Necesitado de todo, llama a la puerta de nuestro corazón para encontrar calor y amparo.
Como los pastores de Belén, dejemos que nos envuelva la luz y vayamos a ver el signo que Dios nos ha dado. Venzamos el letargo del sueño espiritual y las falsas imágenes de la fiesta que hacen olvidar quién es el homenajeado. Salgamos del bullicio que anestesia el corazón y nos conduce a preparar adornos y regalos más que a contemplar el Acontecimiento: el Hijo de Dios que nació por nosotros.
Hermanos, hermanas, volvamos a Belén, donde resuena el primer vagido del Príncipe de la paz. Sí, porque Él mismo, Jesús, Él es nuestra paz; esa paz que el mundo no puede dar y que Dios Padre dio a la humanidad enviando a su Hijo. San León Magno tiene una expresión que, en la concisión de la lengua latina, resume el mensaje de este día: «Natalis Domini, Natalis est pacis», «el Nacimiento del Señor es el Nacimiento de la paz» (Sermón 6,5).
Jesucristo es también el camino de la paz. Él, con su encarnación, pasión, muerte y resurrección, abrió el paso de un mundo cerrado, oprimido por las tinieblas de la enemistad y de la guerra, a un mundo abierto, libre para vivir en la fraternidad y en la paz. Hermanos y hermanas, ¡sigamos esta senda!

papa francisco
«urbi et orbi», navidad 2022

24 de diciembre

Misa del día
2Sm 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16
Lc 1, 67-79

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25 de Diciembre

Misa Vespertina de la Vigilia
Is 62, 1-5
Sal 88. 4-5. 16-17. 27. 29
Hech 13, 16-17. 22-25
Mt 1, 1-25

Misa de la Aurora
Is 9, 1-6
Sal 96, 1. 6. 11-12
Ti 3, 4-7
Lc 2, 15-20

Misa del Día

Lectura del libro de Isaías 52, 7-10
Los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios

¡Qué hermosos son sobre las montañas
los pasos del que trae la buena noticia,
del que proclama la paz,
del que anuncia la felicidad,
del que proclama la salvación
y dice a Sión: “¡Tu Dios reina!”.
¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz,
gritan todos juntos de alegría,
porque ellos ven con sus propios ojos
el regreso del Señor a Sión.
¡Prorrumpan en gritos de alegría,
ruinas de Jerusalén,
porque el Señor consuela a su Pueblo,
él redime a Jerusalén!
El Señor desnuda su santo brazo
a la vista de todas las naciones,
y todos los confines de la tierra
verán la salvación de nuestro Dios.

Palabra del Señor

Salmo Responsorial 97, 1-6
R: Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios

Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria. R

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel. R

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos. R

Canten al Señor con el arpa
y al son de instrumentos musicales;
con clarines y sonidos de trompeta
aclamen al Señor, que es Rey. R

Lectura de la carta a los Hebreos 1, 1-6
Dios nos habló por medio de su Hijo

JESUSMAFA, El Nacimiento de Jesús con los pastores (1973)

Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo el mundo.
Él es el resplandor de su gloria
y la impronta de su ser.
Él sostiene el universo con su Palabra poderosa,
y después de realizar la purificación de los pecados,
se sentó a la derecha del trono de Dios en lo más alto del cielo.
Así llegó a ser tan superior a los ángeles,
cuanto incomparablemente mayor que el de ellos
es el Nombre que recibió en herencia.
¿Acaso dijo Dios alguna vez a un ángel:
«Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy?»
¿Y de qué ángel dijo:
«Yo seré un padre para él
y él será para mí un hijo?»
Y al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios dice:
«Que todos los ángeles de Dios lo adoren.»

Palabra del Señor

Aleluya
Nos ha amanecido un dia sagrado:
vengan, naciones, adoren al Señor,
porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra.

✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 1-18
La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros

Gloria a Tí, Señor

Al principio existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra
y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la recibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios,
que se llamaba Juan.
Vino como testigo,
para dar testimonio de la luz,
para que todos creyeran por medio de él.
Él no era la luz,
sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera
que, al venir a este mundo,
ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo,
y el mundo fue hecho por medio de ella,
y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos,
y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron,
a los que creen en su Nombre,
les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre,
ni por obra de la carne,
ni de la voluntad del hombre,
sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros.
Y nosotros hemos visto su gloria,
la gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar:
«Este es aquel del que yo dije:
El que viene después de mí
me ha precedido,
porque existía antes que yo».
De su plenitud, todos nosotros hemos participado
y hemos recibido gracia sobre gracia:
porque la Ley fue dada por medio de Moisés,
pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios;
el que lo ha revelado es el Hijo único,
que es Dios y está en el seno del Padre.

Palabra del Señor

Gloria a Tí, Señor Jesús

Te compartimos los siguientes enlaces para que, en estos días tan especiales nos unamos en gozosa oración, escuchando las reflexiones preparadas por nuestros amigos de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, para Nochebuena y Natividad del Señor:

Nochebuena: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2023-12-24
Navidad: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2023-12-25

La Comunidad Católica Latina en Bangkok, nuestra gran familia en el Señor les desea a ustedes y a sus seres queridos, una muy feliz y bendecida Navidad. Unidos en oración, pedimos que el Niñito Jesús, Luz del Mundo, guíe nuestros pasos iluminando el camino hacia el Padre Celestial, que llene nuestros corazones con su paz, y los colme de esperanza para que,
de la mano de María, Madre del Amor Divino, continuemos caminando juntos en la fe, en comunidad,
llevando la Buena Noticia, a través de este portal, a todos los rincones de la tierra.
Gracias por acompañarnos durante todo este año y los esperamos en el 2024.

«Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros».

¡Feliz Navidad!

Papa Francisco
Urbi et Orbi
Navidad, 2022

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