Hijo de David
Este año, el cuarto domingo de Adviento se concentra en la víspera de Navidad. Quizás podamos celebrarlo temprano para no perder las riquezas de esta última semana: el Señor está muy cerca.
En nuestra Primera Lectura, Dios no permite que David le construya una casa física, sino que le promete construirle una casa, una dinastía, que durará para siempre.
El Salmo refuerza esta promesa y enfatiza el amor y la fidelidad paternales de Dios.
San Pablo, en la segunda lectura, cuenta cómo el misterio de Dios, mantenido en secreto a través de los siglos, ahora ha sido revelado en la persona de Jesucristo.
En el Evangelio, la entrañable narración de la Anunciación a María, notamos cómo el ángel subraya que su Hijo será de la casa de David. María acepta voluntariamente ser parte del plan de Dios.
Mañana es el día de Navidad: que podamos ofrecer a nuestro mundo sufriente anhelo al Príncipe de Paz. (*)

«Hágase en mí según tu palabra». Es la última frase de la Virgen en este último domingo de Adviento, y es la invitación a dar un paso concreto hacia la Navidad. Porque si el nacimiento de Jesús no toca nuestra vida —la mía, la tuya, la de todos—, si no toca la vida pasa en vano. En el Ángelus también nosotros diremos ahora: “Hágase en mí según tu palabra”: que la Virgen nos ayude a decirlo con nuestra vida, con la actitud de estos últimos días para prepararnos bien a la Navidad.
papa francisco
ángeluz, 20 de diciembre 2020
Lectura del segundo libro de Samuel 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16
El reino de David durará eternamente delante del Señor
Cuando David se estableció en su cada y el Señor le dio paz librándolo de todos los enemigos de alrededor, el rey dijo al profeta Natán:
«¿Mira yo habito en una casa de cedro, mientras el arca de Dios está en una tienda de campaña?»
Natán le respondió al rey:
«Ve a hacer todo lo que tienes pensado, porque el Señor está contigo».
Pero aquella misma noche, la palabra el Señor llegó a Natán en estos términos:
«Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor: ¿Eres tú el que me va a edificar una casa, para que Yo la habite?
Yo te saqué del campo de pastoreo, de detrás del rebaño, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Estuve contigo dondequiera que fuiste y exterminé a todos tus enemigos de ante de ti. Yo haré que tu nombre sea tan grande como el de los grandes de la tierra.
Fijaré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que tenga allí su morada. Ya no será perturbado, ni los malhechores seguirán oprimiéndolo como lo hacían antes, desde el día en que establecí Jueces sobre mi pueblo Israel. Yo te he dado paz, librándote de todos tus enemigos. Y el Señor te ha anunciado que él mismo te hará una casa.
Sí, cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a descansar con tus padres, yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno que saldrá de tus entrañas, y afianzaré su realeza. Seré un padre para él, y él será para mí un hijo.
Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y tu trono será estable para siempre.»
Palabra del Señor
Salmo Responsorial 88, 2-5. 27. 29
R: Cantaré eternamente el amor del Señor
Cantaré eternamente el amor del Señor,
proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.
Porque tú has dicho: «Mi amor se mantendrá eternamente,
mi fidelidad está afianzada en el cielo». R
Yo sellé una alianza con mi elegido,
hice este juramento a David, mi servidor:
«Estableceré tu descendencia para siempre,
mantendré tu trono por todas las generaciones». R
Él me dirá: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora».
Le aseguraré mi amor eternamente,
y mi alianza será estable para él. R
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 16, 25-27
El misterio guardado en secreto desde la eternidad ahora se ha manifestado
Hermanos:
¡Gloria a Dios,
que tiene el poder de afianzarlos,
según la Buena Noticia que yo anuncio,
proclamando a Jesucristo,
y revelando un misterio que fue
guardado en secreto desde la eternidad
y que ahora se ha manifestado!
Este es el misterio
que, por medio de los escritos proféticos
y según el designio del Dios eterno,
fue dado a conocer a todas las naciones
para llevarlas a la obediencia de la fe.
¡A Dios, el único sabio,
por Jesucristo,
sea la gloria eternamente! Amén.
Palabra del Señor
Aleluya Lc 1, 38
Yo soy la servidora del Señor
que se haga en mí según su Palabra
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1, 26-38
Concebirás y darás a luz un hijo
Gloria a Ti, Señor
El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo:
«¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo».
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo:
«No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».
María dijo al Ángel:
«¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?».
El Ángel le respondió:
«El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios».
María dijo entonces:
«Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».
Y el Ángel se alejó.
Palabra del Señor
Gloria a Tí, Señor Jesús
En este último Domingo de Adviento, te invitamos a orar con la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2023-12-24
~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de esta semana
Segunda Lectura ~ Rm 16, 25-27
Estos últimos versículos de la carta de San Pablo a los Romanos están escritos en forma de una doxología, es decir, versos que glorifican a Dios. Ya que están ausentes de algunas fuentes manuscritas de la carta, y a veces aparecen en otro lugar en el texto, probablemente sean una adición posterior, escrita por alguien muy cercano a la manera de pensar de Pablo.
El autor (“Pablo” para mayor claridad) nos invita a dar gloria al Señor. Esto da fuerza a quienes leen la carta, mientras intentan ser consecuentes con la Buena Noticia.
En el siglo I d.C. existían varios “evangelios”. Esto explica por qué el autor está ansioso por enfatizar los vínculos entre sus propios escritos y la Antiguo Testamento: «Lo que la Escritura había predicho». Jesucristo es el misterio sectreto mantenido oculto desde el principio de los tiempos.
La comunidad a la que se dirige (los romanos y nosotros) no sólo se define por quiénes son o donde viven, sino también por su confianza en Dios, lo que lleva a obediencia en la fe. El mensaje del escritor llega a todos los pueblos, judíos y Gentiles a través de los siglos.
La carta comenzaba con un reconocimiento de que “a través de Él recibimos la gracia y nuestra misión apostólica de predicar la obediencia a la fe a todas las naciones paganas en honor de su nombre” (Romanos 1, 5).
Los últimos versos de hoy hacen eco de esta declaración y llevan a la carta a una conclusión: «Él es el único que es sabiduría».
Evangelio ~ Lc 1, 26-38
La Anunciación
En esta última semana de Adviento el foco pasa de Juan el Bautista a María. Lucas nos muestra una mujer de fe y le da más protagonismo que los otros evangelistas.

Una virgen desposada con un hombre llamado José
Cuando el ángel Gabriel visitó a María para anunciar el nacimiento de Jesús, ella era una virgen prometida de José. El compromiso duró un año y fue tan vinculante como el matrimonio. Sólo podría disolverse mediante divorcio. Si un prometido moría, la ley se referiría a la doncella como una «virgen que es viuda’. Lucas es el único escritor del Nuevo Testamento que menciona el nacimiento virginal.
Zacarías
El relato de Lucas del anuncio a María sigue inmediatamente al de la historia del sacerdote Zacarías. Él también fue visitado por un ángel y le habló de un nacimiento inesperado y extraordinario (ver Lucas 1, 5-25). En cada ocasión, se le da un nombre al niño esperado, señal de una especial relación con Dios.
“Que se cumpla en mí lo que has dicho”
Las historias son dramáticamente diferentes con respecto a la respuesta final. Al principio, Zacarías no podía creer el mensaje que el ángel le traía. María, sin embargo, a pesar de su falta de comprensión, acogió la palabra de Dios y se comprometió con ella. Por su apertura a el Espíritu de Dios, María es el modelo de discipulado de Lucas. (*)
(*) fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/

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