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Lecturas del Domingo XXXI del Tiempo Ordinario (Ciclo A)

“¿No nos creó un solo Dios?”

En nuestras lecturas de hoy escuchamos cuán fácil es para el orgullo y la laxitud humanos disminuir o incluso falsificar el mensaje de Dios. En cambio, sigamos la invitación a honrar a Dios con humildad, sinceridad y verdad.
En la Primera Lectura, el profeta Malaquías no se anda con rodeos. Su mensaje es contundente: se reprocha a los sacerdotes su negligencia espiritual y su falta de instrucción adecuada al pueblo, así como su tímido servicio a Dios.
Los líderes religiosos también son criticados en el Evangelio. Jesús castiga su hipocresía: les preocupa más llamar la atención y explotar su posición social, que comprometerse con el mensaje que predican. Este tipo de engrandecimiento personal y orgullo es exactamente lo opuesto a lo que deberían aspirar los seguidores de Jesús. Jesús mismo es nuestro modelo a seguir: nos enseña que el camino hacia el liderazgo pasa por el servicio a Dios en todas las cosas.
En cambio, la Segunda Lectura presenta a Pablo como un pastor verdaderamente devoto: entusiasta, trabajador, lleno de amor por su pueblo; compartiendo sin cesar la palabra viva de Dios con esta comunidad.
Seguir a Cristo es servirle humildemente; y la humildad, junto con la plena confianza en Dios, es el tema del Salmo de hoy. Oremos esta semana: Señor Dios, tú eres Padre y Madre para nosotros. Te rogamos: ayúdanos a ser sinceros y alegres en nuestra práctica de la fe y de la oración; para servirle en nuestra vida diaria; y estar aún más alerta y despiertos a tu presencia en la naturaleza que nos rodea. También oramos con todo nuestro corazón por esa paz que este mundo no puede dar. (*)

Todos somos hermanos y no debemos de ninguna manera dominar a los otros y mirarlos desde arriba. No. Todos somos hermanos. Si hemos recibido cualidades del Padre celeste, debemos ponerlas al servicio de los hermanos, y no aprovecharnos para nuestra satisfacción e interés personal. No debemos considerarnos superiores a los otros; la modestia es esencial para una existencia que quiere ser conforme a la enseñanza de Jesús, que es manso y humilde de corazón y ha venido no para ser servido sino para servir.

Papa Francisco
Ángelus, 5 de noviembre 2017

Lectura de la profecía de Malaquías 1, 14b — 2, 2b. 8-10
Ustedes se han desviado del camino y han hecho tropezar a muchos con su doctrina

Yo soy un gran Rey, dice el Señor de los ejércitos,
y mi Nombre es temible entre las naciones.
¡Y ahora, para ustedes es esta
advertencia, sacerdotes!
Si no escuchan y no se deciden a dar
gloria a mi Nombre, dice el Señor de los ejércitos,
yo enviaré sobre ustedes la maldición.
Pero ustedes se han desviado del camino,
han hecho tropezar a muchos con su doctrina,
han pervertido la alianza con Leví,
dice el Señor de los ejércitos.
Por eso yo los he hecho despreciables y viles
para todo el pueblo, porque ustedes no siguen
mis caminos y hacen acepción de personas al
aplicar la Ley.
¿No tenemos todos un solo Padre?
¿No nos ha creado un solo Dios?
¿Por qué nos traicionamos unos a otros,
profanando así la alianza de nuestros padres?

Palabra del Señor

Salmo Responsorial – 130, 1-3
R: Señor, guarda mi alma en la paz junto a ti

Mi corazón no se ha ensoberbecido, Señor,
ni mis ojos se han vuelto altaneros.
No he pretendido grandes cosas
ni he tenido aspiraciones desmedidas. R

Yo aplaco y modero mis deseos:
como un niño tranquilo en brazos de su madre,
así está mi alma dentro de mí.
Espere Israel en el Señor, desde ahora y para siempre. R

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 1, 5b; 2, 7b-9. 13
Deseábamos entegarles, no solamente el Evangelio de Dios, sino también nuestra propia vida

Hermanos:
Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes. Fuimos tan condescendientes con ustedes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos. Sentíamos por ustedes tanto afecto, que deseábamos entregarles, no solamente la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos.
Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una carga.
Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen.

Palabra del Señor

Aleluya Mt 23, 9b. 10b
Ustedes no tienen sino un padre: el Padre Celestial;
sólo tienen un doctor, que es el Mesías.

✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 23, 1-12
No hacen lo que dicen

Gloria a Tí, Señor

Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar “mi maestro” por la gente.
En cuanto a ustedes, no se hagan llamar «maestro», porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen «padre», porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco «doctores», porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.
El mayor entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.

Palabra del Señor

Gloria a Ti, Señor Jesús

Te invitamos a escuchar la reflexión para este Domingo de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas en España: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2023-11-05

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