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Lecturas del Domingo XXVII del Tiempo Ordinario (Ciclo A)

‘La Viña del Señor es la Casa de Israel’

La imagen del pueblo de Dios como una viña es familiar en las Escrituras. Podemos regocijarnos al ver la Iglesia como la viña del Señor, pero también debemos responder a los dones de Dios y utilizarlos bien. En el “Canto de la viña” de Isaías, Dios ha hecho del pueblo de Israel su viña (Primera lectura). Él lo cuida con amor, pero lamentablemente la gente no responde.
El Salmo retoma el mismo tema. Es un llamado a Dios para que vuelva y visite la vid que ha plantado.
La viña aparece también en el Evangelio, pero aquí se reprocha a los viñadores. No sólo no son rentables, sino que asesinan al hijo del dueño.
San Pablo escribe que la paz de Dios es nuestra si sólo podemos confiar en él (Segunda Lectura). Debemos perseguir todo lo que es bueno y puro y producir frutos dignos del Señor.
Que esta semana estemos llenos de acción de gracias por todo lo que hemos recibido y siempre acudamos al Señor en oración. (*)

Con esta dura parábola, Jesús pone a sus interlocutores frente a su responsabilidad, y lo hace con extrema claridad. Pero no pensemos que esta advertencia valga solamente para los que rechazaron a Jesús en aquella época. Vale para todos los tiempos, incluido el nuestro. También hoy Dios espera los frutos de su viña de aquellos que ha enviado a trabajar en ella. A todos nosotros. En cada época, los que tienen autoridad, cualquier autoridad, incluso en la Iglesia, en el pueblo de Dios pueden sentir la tentación de seguir su propio interés en lugar del de Dios. Y Jesús dice que la verdadera autoridad se cumple cuando se presta servicio, está en servir, no en explotar a los demás. La viña es del Señor, no nuestra. La autoridad es un servicio, y como tal debe ser ejercida, para el bien de todos y para la difusión del Evangelio.

PAPA FRANCISCO
Ángelus, 4 de octubre 2020

Lectura del libro de Isaías 5, 1-7
La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel

Voy a cantar en nombre de mi amigo 
el canto de mi amado a su viña.
Mi amigo tenía una viña 
en una loma fértil. 
La cavó, la limpió de piedras 
y la plantó con cepas escogidas; 
edificó una torre en medio de ella
y también excavó un lagar. 
Él esperaba que diera uvas, 
pero dio frutos agrios. 
Y ahora, habitantes de Jerusalén 
y hombres de Judá, 
sean ustedes los jueces 
entre mi viña y yo.
¿Qué más se podía hacer por mi viña
que yo no lo haya hecho? 
Si esperaba que diera uvas, 
¿por qué dio frutos agrios? 
Y ahora les haré conocer 
lo que haré con mi viña: 
Quitaré su valla, y será destruida, 
derribaré su cerco y será pisoteada. 
La convertiré en una ruina, 
y no será podada ni escardada. 
Crecerán los abrojos y los cardos, 
y mandaré a las nubes 
que no derramen lluvia sobre ella. 
Porque la viña del Señor de los ejércitos
es la casa de Israel,
y los hombres de Judá 
son su plantación predilecta. 
¡Él esperó de ellos equidad, 
y hay efusión de sangre; 
esperó justicia, 
y hay gritos de angustia!

Palabra del Señor

Salmo Responsorial 79, 9. 12-16. 19-20
R: La viña del Señor es su pueblo

Tú sacaste de Egipto una vid, 
expulsaste a los paganos y la plantaste
extendió sus sarmientos hasta el mar 
y sus retoños hasta el Río. R

¿Por qué has derribado sus cercos 
para que puedan saquearla 
todos los que pasan? 
Los jabalíes del bosque la devastan 
y se la comen los animales del campo. R

Vuélvete, Señor de los ejércitos, 
observa desde el cielo y mira: 
ven a visitar tu vid, la cepa que plantó tu mano, 
el retoño que tú hiciste vigoroso. R

Nunca nos apartaremos de ti: 
devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre. 
¡Restáuranos, Señor de los ejércitos, 
que brille tu rostro y seremos salvados! R

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los cristianos de Filipos 4, 6-9
Pongan esto en práctica y el Dios de la paz estará con ustedes

Hermanos:
No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios.  Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús. 
En fin, mis hermanos, todo lo que es verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno de honra, todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza, debe ser el objeto de sus pensamientos.  
Pongan en práctica lo que han aprendido y recibido, lo que han oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará con ustedes. 

Palabra del Señor

Aleluya Cf. Jn 15, 16
«Yo los elegí del mundo,
para que vayan y den fruto, ese fruto sea duradero»,
dice el Señor

✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 21, 33-46
Arrendará la viña a otros

Gloria a Tí, Señor

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo:
«Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.  
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon.  El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.  Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: “Respetarán a mi hijo”.  Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: “Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia”. Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron. 
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?». Le respondieron: «Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo». 
Jesús agregó: «¿No han leído nunca en las Escrituras: 
La piedra que los constructores rechazaron 
ha llegado a ser la piedra angular:  
esta es la obra del Señor,  
admirable a nuestros ojos? 
Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos». 
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos. Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.

Palabra del Señor

Gloria a Tí, Señor Jesús

Te invitamos, como cada Domingo, a escuchar la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2023-10-08

~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de esta semana

Segunda Lectura ~ Flp 4, 6-9

Esta es la tercera de cuatro secciones de la carta de Pablo a los Filipenses, elegida a su vez como la Segunda Lectura en cuatro domingos consecutivos. Nicholas King, SJ señala cómo centra la atención «en Dios, en la oración y todo lo que es apropiado que pensemos y todo lo que debemos hacer” (notas a la nueva traducción de King del Nuevo Testamento, 2004).
Pablo, preocupado por la tranquilidad de espíritu y de corazón de sus amigos, los alienta a considerar las cosas positivamente; ver todo a la luz del amor de Dios. Él recomienda formas esenciales de vivir la vida en Cristo para alcanzar el ‘paz de Dios’, del ‘Dios de paz’ (uno de los títulos favoritos de Pablo para Dios).

‘No hay de qué preocuparse… Si necesitas algo, pídeselo a Dios…’
Aparte de las preocupaciones cotidianas que la mayoría de nosotros experimentamos, estas nuevos cristianos en Filipos también fueron objeto de persecución. Para aliviar la ansiedad, su necesidad esencial es orar. Pablo los anima a volverse a Dios en oración en todas y cada una de las situaciones, tanto en petición como en gratitud.

‘Llenen sus mentes con todo lo que es verdad’
Para evitar que el sufrimiento y que las dificultades los derroten, Pablo recomienda que centren su atención en todo lo que es “bueno y puro”, y por tanto de Dios, de manera que así no hay lugar para pensamientos que conduzcan a la desesperación.

‘Sigan haciendo todo lo que han aprendido de mí’
Pablo quiere que los filipenses recuerden su palabra y ejemplo, para que los pueda sostener en momentos en los que ya no esté con ellos. Él busca proteger a la Iglesia en crecimiento, y desa muy especialmente que puedan tener paz.

Evangelio ~ Mt 21, 33-43

Jesús enseña en el templo de Jerusalén después de expulsar a los vendedores y a los cambiadores de dinero (Mateo 21, 12-16). La tensión entre Jesús y los fariseos es creciente. Les cuenta esta historia a los principales sacerdotes y a los ancianos en respuesta a su pregunta: ‘¿Qué autoridad tienes para actuar así…?’ (v. 23)

La viña, el lagar y la torre
Estos detalles hacen eco de los del profeta Isaías (ver el primera lectura). En aquellos días, el lagar era un área grande, normalmente cubierto por mosaicos donde se depositaban las uvas y los trabajadores las pisaban para extraer el jugo. La torre sirvió de refugio a la familia del capataz y sirvió como vigía para proteger el viñedo de ladrones y merodeadores.

«Escuchen otra parábola…»
Esta es la tercera parábola sobre una viña (ver Mateo 20, 1–16 y 21, 28–32). Para la audiencia de Mateo, esta historia en particular reflejaba una realidad que conocían demasiado bien: el descontento expresado por los inquilinos que trabajan para propietarios ausentes. Sabían que las parábolas de Jesús tenían un significado más profundo para ellos.

‘Este es el heredero… Vamos a matarlo’
Los inquilinos suponen erróneamente que el propietario ha fallecido. Sabían que si el terrateniente moría sin heredero, su tierra pasaría al primer reclamante. De manera que, asesinando al heredero, se convertirían en terratenientes. “¿Qué hará el propietario con esos inquilinos?” La pregunta de Jesús lleva a los judíos a pronunciar su propia condena.

La Iglesia en tiempos de Mateo
El apóstol escribe para los judíos que ahora se están dando cuenta de que su comunidad decreyentes, la Iglesia, está cambiando. Cada vez más gentiles se unen a sus filas. Esta parábola les está ayudando a entender por qué esto es así.

Un pueblo que producirá sus frutos.
La responsabilidad de gestionar la viña –el Reino de Dios– ya no recae en unos pocos líderes (los “inquilinos”) pero en un “pueblo” completamente nuevo, una mezcla comunidad de judíos y gentiles conversos que formaron la iglesia cristiana primitiva en el siglo I d.C. (*)

(*) fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/

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