Cristo obediente hasta la muerte
Las lecturas de esta semana nos llaman a volvernos al Señor, modelando nuestras acciones y palabras en Cristo Jesús.
La Primera Lectura, del profeta Ezequiel, nos ofrece esperanza: a quienes piensan mejor en su situación y renuncian a ella se les da la vida.
El Salmo revela la oración sincera de alguien que se aleja de su pecado y abraza el regalo de una nueva vida.
El apóstol Pablo muestra lo que es renunciar al pecado y adoptar la mente de Cristo (Segunda Lectura). La Iglesia de Filipos fue en general una fuente de alegría para Pablo, pero aquí apela a una mayor unidad. Esto sólo se alcanza imitando la humildad de Cristo, que se hizo obediente hasta la muerte. Por amor a nosotros, Cristo renuncia incluso a su divinidad, gratuitamente y sin reservas.
En medio de una tensión creciente tras el vuelco de las mesas de los cambistas en el Templo, los líderes religiosos confrontan a Jesús, exigiendo saber la fuente de su autoridad. Jesús cuenta la parábola de los dos hijos y plantea una pregunta que hace que los principales sacerdotes reflexionen sobre la diferencia entre ponerse a uno mismo o a los demás en primer lugar. Al responder correctamente, alineándose así con el hijo que dijo que haría la voluntad de su Padre pero luego no lo hace, se convencen a sí mismos (Evangelio).
Esta semana, mantengámonos cerca de Cristo, quien obedeció al Padre perfectamente en palabra y obra. Y recordemos que nunca es demasiado tarde para volvernos a Dios y seguir su voluntad. (*)

©jorgecocco.com
Cuando abrimos el corazón en la verdad de nuestros pecados, es el lugar privilegiado del encuentro con Jesucristo.
papa francisco
Reconocer nuestra miseria, reconocer lo que nosotros somos y lo que somos capaces de hacer o hemos hecho es precisamente la puerta que se abre a la caricia de Jesús, al perdón de Jesús, a la Palabra de Jesús «Ve en paz, tu fe te ha salvado», porque has sido valiente y has abierto tu corazón al único que puede salvarte.
Jesús dice a los hipócritas que las prostitutas y los publicanos les precederán en el Reino de los Cielos. «¡Es fuerte esto! Porque los que se sienten pecadores abren su corazón en la confesión de los pecados, al encuentro con Jesús, que ha dado la sangre por nosotros.
homilía casa santa marta,
18 de septiembre 2014
Lectura de la profecía de Ezequiel 18, 24-28
Cuando el malvado se aparta del mal él mismo preserva su vida
Esto dice el Señor:
Si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, ¿acaso vivirá? Ninguna de las obras justas que haya hecho será recordada: a causa de la infidelidad y del pecado que ha cometido, morirá.
Ustedes dirán: El proceder del Señor no es correcto. Escucha, casa de Israel: ¿Acaso no es el proceder de ustedes, y no el mío, el que no es correcto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, muere por el mal que ha cometido. Y cuando el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, él mismo preserva su vida. Él ha abierto los ojos y se ha convertido de todas las ofensas que había cometido: por eso, seguramente vivirá, y no morirá.
Palabra del Señor
Salmo Responsorial 24, 4-9
R: Acuérdate, Señor, de tu compasión
Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador,
y yo espero en ti todo el día. R
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor,
porque son eternos.
No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud:
por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad. R
El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;
él guía a los humildes para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres. R
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos 2, 1-11
Vivan con los mismos sentimientos que hay en Cristo Jesús
Hermanos:
Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo bien unidos.
Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento. No hagan nada por rivalidad o vanagloria, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás.
Vivan con los mismos sentimientos que hay en Cristo Jesús.
Él, que era de condición divina,
no consideró esta igualdad con Dios
como algo que debía guardar celosamente:
al contrario, se anonadó a sí mismo,
tomando la condición de servidor
y haciéndose semejante a los hombres.
Y presentándose con aspecto humano,
se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte
y muerte de cruz.
Por eso, Dios lo exaltó
y le dio el Nombre que está sobre todo nombre,
para que al nombre de Jesús,
se doble toda rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos,
y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre:
«Jesucristo es el Señor».
Palabra del Señor
Aleluya Jn 10, 27
«Mis ovejas escuchan mi voz,
Yo las conozco y ellas me siguen»,
dice el Señor
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 21, 28-32
Se arrepintió y fue. Los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios
Gloria a Tí, Señor
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña. Él respondió: No quiero. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: Voy, Señor, pero no fue.
¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?».
«El primero», le respondieron.
Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él».
Palabra del Señor
Gloria a Tí, Señor Jesús
Te invitamos a escuchar la reflexión de RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, para este Domingo: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2023-10-01
~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de esta semana
Segunda Lectura ~ Flp. 2, 1-11
El domingo pasado comenzamos la lectura de la carta de San Pablo a los Filipenses la cual continuará durante las próximas dos semanas.
Filipos era una ciudad importante en Macedonia con una gran población de Romanos y griegos locales. Debe su nombre a Filipo II de Macedonia. San Pablo estableció su primera comunidad aquí alrededor del año 50 d.C., cuando la visitó durante su segundo viaje misionero. Por los nombres de las personas mencionadas en esta carta, parecería que Filipos estaba compuesta predominantemente de gentiles. Los repentinos cambios de tono y el carácter inconexo de los escritos sugieren que esto pudo haber sido en realidad una colección de tres cartas diferentes.
Pablo la escribe desde la prisión. Si esto fue en Roma o Éfeso no se puede precisar, pero parece haber estado bajo arresto domiciliario. Es evidente que tenía un gran afecto por esta joven Iglesia que lo acogió desde el principio, y le brindó apoyo y aliento. Su tono es familiar, lleno de confianza, casi como quien escribe a miembros de su propia familia. Sin embargo, Pablo ha sido informado de las disensiones y problemas entre los cristianos de Filipos.
Apelando al amor que puedan tenerle, fomenta en la comunidad el mostrar unidad y humildad (“ser modesto”), y siempre poner a los demás primero. Estas cualidades caracterizan la vida «en Cristo».
La humildad en el Antiguo Testamento era vista como la postura apropiada de un persona ante Dios, pero en el mundo grecoromano, la modestia era despreciada y considerada un signo de debilidad. Aquí Pablo la convierte en una virtud. El ejemplo de humildad y amor desinteresado de Cristo debe estar en nuestra mentes en todo momento. (*)
Evangelio ~ Mt 21, 28-32
A medida que Jesús se acerca al final de su ministerio público en Jerusalén, hay una tensión creciente con las autoridades religiosas. Este es el trasfondo de las lecturas del Evangelio para las próximas semanas.
¿Cuál de los dos hizo la voluntad del Padre?
El pasaje de hoy es la primera de tres parábolas contadas sucesivamente por Jesús a líderes religiosos que desafiaban su autoridad. Se puede ver como un ejemplo narrativo del dicho anterior de Jesús (Mateo 7, 21): No son aquellos que me dicen: ‘Señor, Señor’, quienes entrarán al Reino de los Cielos, pero la aquél que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. La parábola de hoy destaca no sólo dos hijos, sino dos clases sociales muy marcadas, ninguna de las cuales es perfecta: el recaudador de impuestos y las prostitutas epor un lado; los principales sacerdotes y los ancianos, por el otro. Un grupo, sin embargo, intenta hacer lo mejor. Jesús, a su vez, desafía a sus oyentes a identificar cuál de los dos hizo la voluntad del Padre.
El hijo reacio que cambió de opinión.
El primer hijo se negó rotundamente a hacer la voluntad de su padre, pero más tarde, reflexionando, le obedece cumpliendo sus deseos de trabajar en la viña. Para Mateo, la viña es a menudo una imagen que representa a Israel, por lo que ‘trabajar en la «Viña» puede semejarse a la preparación para la venida del Reino. Jesús compara a este hijo con los “recaudadores de impuestos y prostitutas” de la época. Ellos representan la clase de personas que en un momento de sus vidas pretenden no obedecer la voluntad de Dios, pero luego son capaces de aceptar las enseñanzas de Jesús. Ellos cambian de opinión y modifican su forma de vida.
El hijo que no pudo poner en práctica sus palabras.
El segundo hijo inmediatamente dijo que haría lo que el Padre le pedía y luego, por razones desconocidas, decidió no hacerlo. Jesús está aquí, claramente, comparando a este hijo con los principales sacerdotes y los ancianos. Estos líderes judíos y sus antepasados tenían una larga tradición de seguir la ley de Dios al pie de la letra. Sin embargo, se negaron a aceptar el «modelo de verdadera rectitud» de Juan el Bautista, es decir, hacer la voluntad de Dios, y escuchar las enseñanzas de Jesús que trastocaba sus formas de vida. En cambio, lo que buscan una y otra vez es cuestionar su autoridad. (Mateo 21, 23). (*)
(*) fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/

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