‘¡Escuchen!’
La palabra de Dios se proclama en toda la creación. Todas las lecturas de la liturgia de este domingo están llenas de imágenes extraídas de la naturaleza.
La palabra es como la lluvia que refresca la tierra, trayendo bondad y crecimiento dondequiera que cae. (Primera lectura)
El Salmo es un canto de oración de agradecimiento después de un tiempo de sequía. Nos recuerda el amor generoso que se derrama del Señor, llenándonos de alegría y de cosas buenas.
Pablo (segunda lectura) escribe sobre un profundo anhelo dentro de nosotros, y dentro de toda la creación, por el cumplimiento de la promesa de Dios. La palabra de Dios nos dará la libertad que anhelamos.
Jesús comparte la parábola del sembrador que arroja semillas sobre la tierra para enseñarnos a apreciar la palabra de Dios. La parábola nos recuerda las muchas cosas que pueden distraernos y evitar que cumplamos con todo lo que estamos llamados a ser. Cuando aprendemos a escuchar verdaderamente, la palabra de Dios, esta es una fuente abundante de crecimiento que nos da un delicioso fruto en beneficio de todos.
En la próxima semana, tal vez queramos mirar a nuestro alrededor y notar las diferentes formas en que la creación nos habla del amor de Dios. Oremos por el coraje y la gracia para sembrar, nutrir, cultivar y cosechar la Palabra de Dios dondequiera que estemos.

Preguntémonos si nuestro corazón está abierto a acoger con fe la semilla de la Palabra de Dios. Preguntémonos si nuestras piedras de la pereza son todavía numerosas y grandes; individuemos y llamemos por nombre a las zarzas de los vicios. Encontremos el valor de hacer una buena recuperación del suelo, una bonita recuperación de nuestro corazón, llevando al Señor en la Confesión y en la oración nuestras piedras y nuestras zarzas.
papa francisco
Haciendo así, Jesús, buen sembrador, estará feliz de cumplir un trabajo adicional: purificar nuestro corazón, quitando las piedras y espinas que asfixian la Palabra.
ángelus, 16 de julio 2017
Lectura del libro de Isaías 55, 10-11
La lluvia hace germinar la tierra
Así habla el Señor:
Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé.
Palabra del Señor
Salmo Responsorial 64, 10-14
R: La semilla cayó en tierra fértil y dio fruto
Visitas la tierra, la haces fértil
y la colmas de riquezas;
los canales de Dios desbordan de agua,
y así preparas sus trigales. R
Riegas los surcos de la tierra,
emparejas sus terrones;
la ablandas con aguaceros
y bendices sus brotes. R
Tú coronas el año con tus bienes,
y a tu paso rebosa la abundancia;
rebosan los pastos del desierto
y las colinas se ciñen de alegría. R
Visitas la tierra, la haces fértil.
Las praderas se cubren de rebaños
y los valles se revisten de trigo:
todos ellos aclaman y cantan. R
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los cristianos de Roma 8, 18-23
Toda la creación espera ansiosamente la revelación de los hijos de Dios
Hermanos:
Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se revelará en nosotros. En efecto, toda la creación espera ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios. Ella quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino por causa de quien la sometió, pero conservando una esperanza. Porque también la creación será liberada de la esclavitud de la corrupción para participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto. Y no sólo ella: también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente anhelando que se realice la plena filiación adoptiva, la redención de nuestro cuerpo.
Palabra del Señor
Aleluya
La semilla es la palabra de Dios,
el sembrador es Cristo;
el que lo encuentra permanece para siempre.
✠ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 13, 1-23
El sembrador salió a sembrar
Gloria a Tí, Señor
Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas.
Les decía: «El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que tenga oídos, que oiga!».
Los discípulos se acercaron y le dijeron: «¿Por qué les hablas por medio de parábolas?».
Él les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice:
«Por más que oigan, no comprenderán,
por más que vean, no conocerán.
Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido,
tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos,
para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan,
y su corazón no comprenda,
y no se conviertan, y yo no los sane.
Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.
Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino. El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto.
Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno».
Palabra del Señor
Gloria a Tí, Señor Jesús
Les compartimos la reflexión del RezandoVoy.org, un proyecto de los Jesuitas de España, para este Domingo: https://www.rezandovoy.org/reproductor/2023-08-06
~ Creciendo en la Fe ~
Notas sobre las lecturas de esta semana
Primera Lectura ~ Is 55, 10-11
El pasaje de hoy viene del final de esa parte de Isaías conocida como Segundo Isaías o Deutero-Isaías (capítulos 40–55), escrito hacia el fin del exilio en Babilonia (587–537 a. C.). El pueblo de Israel había visto su mundo completamente destruido y fue enviado lejos para vivir en el exilio en tierras extranjeras. De hecho, muchos de ellos pensaron que su Dios los había abandonado.
Así es que Isaías busca darles algo de esperanza; ncluso en los peores momentos, Dios está con ellos. La palabra de Dios es vivificante, transformando la vida de los exiliados. Esta no retorna con las manos vacías, sino que alimenta el cuerpo y el alma de la gente.
La metáfora que compara la palabra con la lluvia y la nieve es muy poderosa para aquellos que viven en condiciones áridas. Viene del cielo, y la audiencia del profeta conoce el efecto que la lluvia tiene sobre la tierra y cómo es importante producir crecimiento y a su vez semilla, asegurando alimento para el próximo año. Comparar la palabra de Dios con la semilla es una imagen adecuada a la luz de Evangelio de hoy de la parábola del sembrador.
Evangelio ~ Mt 13, 1-9
A lo largo de Mateo 12, Jesús se ha enfrentado a una creciente hostilidad, y parece que su misión ante la Casa de Israel ha fracasado. El capitulo 13, leído hoy y en el transcurso de los próximos dos domingos, usa parábolas en orden de explicar las palabras del Maestro.
Jesús salió de la casa
En general, se piensa que esta casa es en la que vivió en Cafarnaúm.
Las multitudes se reunieron a su alrededor
Se estima que la multitud habrá sido de varios miles de personas.
Se subió a un bote y se sentó allí
Sentarse es la posición tradicional de un rabino que enseña a su pueblo. El mar es el Mar de Galilea.
Les dijo muchas cosas en parábolas
Las parábolas son historias de múltiples capas de la vida cotidiana, con un giro. Su misión es perturbar y hacer que la audiencia descubra su significado más profundo. Una parábola es fácil de recordar, de reflexionar y de comprender su mensaje oculto. Desafía las suposiciones cotidianas. También es una forma de no-confrontación para desactivar la hostilidad.
Imaginen un sembrador
Jesús sabe que se está dirigiendo a los agricultores galileos que fácilmente se conectarían con la siembra de semillas. Se basa en su experiencia de usar muchas semillas obteniendo un bajo rendimiento. A primera vista, el sembrador parece que derrocha, tirando semilla en terreno no preparado. Sin embargo, también podríamos centrarnos en la generosidad del sembrador que trata de hacer crecer la semilla aun en terrenos infértiles.
Una cosecha de cien veces
Las ‘veces’ son la relación entre la cantidad de semilla sembrada y la cantidad cosechada. En la Galilea del primer siglo, un rendimiento de diez a quince veces hubiera sido la norma. Aquí el rendimiento es mucho mayor (cien, sesenta, treinta veces). Esto indica que la parábola no se trata realmente de semillas pero que es una metáfora.
¡El que tenga oídos, que oiga!
Con estas palabras, Jesús invita a su audiencia a escuchar con atención, no solo a las palabras que oyen, sino también a su significado más profundo. Hay diferentes maneras de escuchar y sacar provecho de lo que oímos, al igual que hay diferentes suelos que dan diferentes rendimientos.
(*) fuente: https://stbeunosoutreach.wordpress.com/

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